BCCPAM0001138-1-2900000000000
DIA TERCBRO. 97 rás por lo que deseó hacer á beneficio tuyo? Si tanto es lo público que ven los ojos de todos, ¿cuánto lo secreto que miran solo los ojos de Dios? ¡Oh piélago de infinito amor! ¡Oh abismo sin suelo de amor! ¡Quién dudará del amor que Diós nos tiene? ¿Quién no se tendrá por el mas afortunado del mundo viéndose amado: de tal Se- ñor? ¡Oh Dios y salvador mio! Suplícote por las entrañas de tu misericordia que te movieron á mostrarme tal fia neza , me des tambien ojos y corazon para que yo la co- nozca y sienta, y me gloríe siempre en tus misericor- dias, y cante todos los dias tus alabanzas. Imite yo en algo, Señor, aquel eterno deseo vuestro de hacerme bien. Concededme que cuando yo padezca sea por vues- tro amor, desee padecer mas, y padezca con paciencia, conformidad y alegría. Concededme que imite siquiera el amor que tuvieron vuestros siervos. ¡Qué entrañable alegría la de San Andés cuando vió la cruz de su mar- tirio! ¡Con cuánto afecto la saludó, con cuánta ternura la abrazó, con cuánta reverencia y dulzura la besó. ¡Cuánto se alegrába San Pablo en las cadenas, San Lo- renzo en las parrillas, Santa Bárbara en la cárcel , Santa Eulalia en el ecúleo, Santa Catalina en la rueda! Y to- dos los Santos mártires iban gozosos á padecer, porque amaban, y habian sido hallados dignos de ofrecer su vida por el nombre de Jesús. Concededme, Dios mio, que yo imite con vuestra gracia á estos hombres y mu- jeres de mi misma naturaleza, «Ellos padecieron, pero mas amaron, y porque amaron mucho padecieron tanto. Ame yo, Dios mio, á vuestra adorable magestad que tan sin término me amó, y en esta felíz contienda de mi corazon exhale mi último suspiro para gloria vuestra y bien de mi alma.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz