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DIA. TERCBRO. 95 virtad que dicta obrar con reflexion, eligiendo los me- dios mas proporcionados para la consecución del fin ho- nesto que determinamos. Tres clases podemos distinguir en ella: la prudencia mundana, la prudencia natural, y la prudencia sobrenatural: la primera es un vicio que consiste en buscar la vanidad con doblez y con artificio, y ésta debe abominarse, comoopuesta á la sencillóz; can dor y rectitud cón que debe obrar ua alma virtuosa: la segunda es una ánsia desordenada para adquirir las eo- inodidades del estado civil y de lavida: natural, y esta debe ¡ser corregida y precisada 4 ceñirse á los limites ajustados: de'la: razon y la divina ley; y la última, que atiende á la perfeccion del alma, debe estimarse como precisa para la práctica de todas las virtudes: ella es la sal que las condimenta todas, la piedra de toque para co- nocer su valor, y el espejo en que tudas deben mirarse. La humildad sin prudencia seria una pusilanimidad ó una bajeza: la fortaleza sin prudencia seria una temeridad: la templanza sin prudencia seria un homicidio. Por:tanto, venerables Religiosas, examinaos ¿si pe- dis. á Dios esta excelente virtud, y si le dais gracias por haberla -concedido?... ¿Si pensais mas en las cosas tem- porales yen los medios de adquirirlas que en las eter- nas?... ¿S1-obrais como por acaso y sin premeditación, particularmente en las cosas que pertenecen á la alma?... ¿Si fiais demasiado en vuestras propias lucos, y no to- mais consejo de personas sábias y virfuosas en los asun- tos graves? ¿Si sois fáciles en creer cuanto se os diga, y nó menos fáciles encontar cuanto habois creido? ¿Ni en el habla? sois pertinaces en mantener.el error, aun des- pues de conocido, y. en el escribir poco cautas en mani- festar vuestros secretos”... ¿Si dais consejos á- quien no los pide, :ó los dais tan paco prudentes que tendrán que arrepentirse de habarlos tomado?,.. ¿Si de todos los me- dios que la religion os propone , elegis los mas á propó- sito para vuestra santificacion?,.. Miradlo bien. ¡Oh:onán- tas veces Jos hijos del siglo son mas prudentes para ró-