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— 16 — ——_— para que den estos un rebote, y vuelvan a clavarse en el que los despidié. ‘El hombre que se empefie en atacar lo que Dios ha fundado, cuando existe el rescripto del mismo que dice «no prevaleceran,» non preevalebunt (1); el que in- tente trabajar en urdir lazos, en formar redes, en le= vantar valladares para enredar al Vicario de Cristo en los primeros, 6 impedirle el paso con los segundos, des- ciende en el 6rden moral 4 tal grado de estupidez, que escede 4 la de un insecto vil. ,No se ha de reir el Sefior? 4No se ha de burlar de tanta temeridad? Comparemos seres con seres, y objetos con objetos: mirad 4 una ara- fia que fabrica Ja tela de su morada ; con qué destreza coloca los hilos paralelos; formando despues angulos, rectangulos y poligonos, y despues dvalos, circulos y triangulos ligados en todas direcciones. ;Y para qué es ese trabajo hechoa sus espensas? Para saciarse luego en los jugos del insecto alado que se ha de enredar en su tela: no hay cuidado que pase alguno por su contorno que no séa su victima: y la’ arafia lo sabe en su instin- to, que no falta jamas ni en elegir los medios ni en palpar los resultados. No sucede otro tanto 4 los hombres que forman re- des para enredar en ellas al Vicario de Cristo, 6 para devorar 4 los que el mismo Jesucristo manda que vue— len como Aguilas por el mundo anunciando la verdad. {Qué afanarse esos hombres para tejer la red de la cons- piracion y la trama de la ficcion! Colocan un hilo, diez, ciento, mil. «Esta hecha la red, dicen, y esta vez no se nos escapara;» yentre tanto, Dios esta mirando desde el cielo, y se rie al ver que han dejado olvidado un hilo, y no han sabido tejer la tela. «No tiene efugio, vuelven , & decir: hemos tomado todos los caminos; el monte y 1) Math., cap. xvi, vers, 18,

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