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EEN eS ly Seg! REE See Fe PER a 13 en el cielo, y contemplando ya con la segunda lo que acontece y va 4 acontecer en la tierra. Lo que esta acaeciendo en el pontificado de Pio IX, asi como es raro, singular y estraordinario en lo. pasa— do y en lo presente, se manifiesta problematico en lo porvenir, si es examinado segun las reglas de la ciencia humana. Pero yo lo examino llevando en mi mano la antorcha de la fe, y deja de ser un problema lo futuro, asi como no es ya un misterio lo pasado. En la Reli- gion, mis amados fieles; no hay problemas, porque todo es cierto 6 infalible en ella, no dando entrada 4 la duda. Para ciertas gentes es un verdadero problema el con— junto de intrigas de una politica subversora, cuyo ini- co objeto es atacar las instituciones santas y legitimas, y el resultado que han de dar al postre; para nosotros, que conservamos un rescripto dado por Dios mismo, no existe tal problema. La diferencia que hay entre ellos y nosotros es tan clara y palpable, que no se oculta 4 nadie; ellos andan con ojos vendados, y nosotros los - tenemos descubiertos; ellos marchan 4 tientas como un ciego, y nosotros llevamos las pupilas de nuestra alma tan tersas, tan puras y cristalinas como las de un nifio, y resulta de ahi lo que dice Jesucristo con estas pala bras: Si tu ojo fuere sencillo, todo tu cuerpo resplan- decera: pero si fuere.malo, tambien tu cuerpo, es decir, tus acciones, serd tenebroso: porque la linterna de tu cuerpo es tu ojo (1). Ved cémo el Santo Rey David resuelve este, proble- ma: «Andan los hombres impios afanosos y solicitos poniendo en practica cuantos medios les sugiere su odio implacable 4 la Religion, para ver si pueden destruirla; y como sobre sus pupilas llevan la catarata del crimen y Ja costra de la apostasia, no pueden ver que anda tam- (1). Math,, cap. vi, vers, 22,