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eee cada grupo en una bolsa. Las bolsas deben ser de material blando y ni demasiado grandes ni demasiado pequefias. Cuando las cosas se em- paquetan en esas bolsas, el Misionero puede encontrar facilmente los objetos en su maleta; lo cual es en gran manera agradable, sobre todo durante el viaje por tierra, en que laluz esa menudo muy escasa. Una toalla, cepillo de los dientes, jabonera con un jaboén, espejo, cepillo de la ropa (en una bolsa). Una caja de lustre y cepillo de los zapa- tos (en una bolsa). Algunos objetos de sastre- tia (en una bolsa). Botiquin y medicinas (en una bolsa). Objetos de devocién, tal como se ha indicado arriba en los preparativos para el viaje (en una bolsa). Una vela de estearina, lamparilla eléctrica, cerillas (en una bolsa). Oleum infirmorun, estola de bolsillo y ritual (en una bolsa). Breviario, gallofa, hostiero, despertador, gafas de defensa contra el sol. 2) Viaje por mar: A\ partir del convento de Génova para el barco, se mete el habitoen la maleta y se sale ya del convento con el traje de sacerdote. En el barco, el batil de camarote y la maleta se tienen en el camarote; lo demas en el sitio de los bagajes, a donde se puede