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Oracién preparatoria para todos los dias Madre del Buen Consejo, Ti sabes cudnta es nuestra ignorancia y ceguedad. Sabemos f ha colmado de la ented de los dones da Dios te 4 Piritu Santo para surtir de los raudales de la fuente de eterna luz al mundo de Jas tinieblas. Eres la Maest: de las almas, la Madre de los Buenos Consejos S desde ahora nuestra maestra y consejera. Instraye- nos, aconséjanos y guianos. En nuestros intereses temporales y, sobre todo, en el negocio de nuestra eterna salvacién, sé nuestra Directora y Consejera. Danos, al par de tus luces, filial docilidad a tus ins. trucciones, para que ahorrandote pesares, te propor- cionemos las consolaciones de los buenos hijos. si sea. SUPLICA Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A ti, celestial Princesa, aa Sagrada, Maria, te ofrezco desde este dia alma, vida y coraz6n: Mirame con compasién, no me dejes, Madre mia. Oracién a la Madre del Buen Consejo jCuan rica sois, oh Madre del Buen Consejo, teniendo a Jesiis guarecido bajo el manto, estrechado al corazén y sostenido en los brazos! j Qué conjunto tan armonioso nos presenta vuestra suavisima imagen, enlazando tan mutua y carifosamente a Dios y asu Madre! El confiandéseos infantilmente; Vos infinita- mente rica con su posesién. {Oh madre de Dios y Ma- dre mia, ensenadme a poseer a Jestis por la gracia, y en EI, como Vos, hallar mi Dios y mi todo. Asi sea.

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