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— 3 — el azúcar Ó cualquiera otra cosa que se coma no exceda la cantidad expresada, ya que el líquido ¿bebida no entra en cuenta, como que de suyo no hace perder el ayuno; si bien en su uso pue- de haber falta contra la virtud de la templanza. Mas no todas las bebidas están permitidas en este diminuto desayuno, sino únicamente las que tienen por objeto refrigerar el estómago, por ejemplo: el agua, vino, aguardiente, el te, el café, la limonada, naranjada óú refresco que no lleven mucho azúcar. La leche sola ó mez- clada con otro líquido, el caldo de carne ú pes- cado, la manteca, etc., no se permiten. Por la noche se acostumbra á tomar una pe- queña refección, llamada vulgarmente colación, la cual, como el desayuno, debe componerse de substancias vegetales, esto es, pan, legumbres, hortalizas cocidas Ó crudas, frutas y otros pro- ductos de la tierra, con exclusión de carnes, pescado, mariscos, huevos, lacticinios y lo que de ellos procede, como la grasa ó manteca ani- mal y el tocino, y la nata y mantequilla de la leche. Todo esto en cuanto á la calidad de los ali- mentos; en orden á la cantidad de la colación, la mejor regla es la costumbre que observan las personas timoratas, sabiendo que puede ser tanto mayor cuanto lo exijan el trabajo material 4 mental, la complexión y debilidad ú otras causas, que, si no son suficientes para la dis- pensa del ayuno, sobran para hacer á éste lo más llevadero posible; de lo contrario, puede uno debilitarse hasta tal punto, que se imposi- bilite para otros ayunos y aun para cumplir las obligaciones del respectivo estado ú oficio, lo

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