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26 V ida del Beato que le mandó el Guardian comer un por co de requefon;fabia €l, que aquel bo= cado le avia de coftar la vida ( coma lo acreditó la experiencia en opinion de muchos ) y con todo , el verdadero obe- diente , para ferlo halta la muerte , co» mo fu Macítro Jefus, lo comio lin re- liltencia. Pero quién eltrañara , obedeciefle haíta el morir, quien defpues de muer- to lo praéticó tambien : El Principe de la Catolica devotifsimo del B. Bernardo, fue al Convento 4 venerar fu Cadaver, y con grande-inftancia pidió á los Rcli- giofos, para farisfacer fu devocion , un Íolo diente , al punto un Cirujano abrió la boca al Difunto para facarfelo con el inftrumento correfpondiente , pero pof muchas veces que lo intentó , nunca pas do , ni aun menearle , con que lo de- x0 , defconfiado de confeguirlo. El Guar- dian , que deleava mucho dar guíto 4 aquel Señor, infpirado lo mas cierto de Dios, fe bolvio al Cadaver , y de dixo: Fr.

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