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Miguel Anxo Pena González A Pilar Pena Búa, In memoriam Esta Antología tiene un sabor particular pues es un homenaje a Pilar Pena Búa, que es autora de uno de sus capítulos y que no ha podido verla concluida y publicada. Nuestra compañera, filósofa y teóloga callada, pero de profunda sensibilidad para la investigación, hizo su tesis doctoral en Teología Dogmática, en la Universidad Pontificia de Salamanca, bajo la dirección de Adolfo González Montes y, en filosofía, en la Universidad Nacional de Educación a Distancia, de la mano de Manuel Fraijó Nieto. Pilar fue, en todo momento, una mujer valiente, pues su trabajo se orientó hacia el estudio de la Reforma Protestante, en vez de encaminarse hacia campos más atractivos o de moda para el gran público, como hubiera sido el de la teología feminista. Era, con seguridad, la mejor especialista en nuestras tierras sobre Felipe Melanchton, principal humanista de la Reforma y colaborador directo de Martín Lutero. Precisamente, ella hizo dialogar sus Loci comunes con los Loci theologici del dominico Melchor Cano, mostrando esa fuerte sensibilidad humanística y esa búsqueda de consenso, en un momento en el que el tema de la salvación era la clave de bóveda de los movimientos reformadores. Pilar supo entender la importancia de Felipe Melanchton al ser el principal redactor de la Confessio Augustana (1530), documento cardinal en la historia de las relaciones entre protestantes y católicos hasta la actualidad. Su ámbito de especialización hizo que Pilar se interesara cada vez más por el Humanismo, tanto alemán corno hispano, mostrando sus peculiari- dades y puntos de coincidencia, atendiendo a una revisión de cuestiones que otros autores habían considerado ya concluidas. Pilar fue una mujer, corno decíamos, de trabajo callado, tanto en la Universi- dad Católica de Ávila, corno luego en la Pontificia de Salamanca y, finalmente, en la Loyola de Andalucía. En todos esos lugares fue valorada y reconocida por sus compañeros, especialmente por su capacitación, pero también por su saber hacer humano cordial y sencillo. APilar le tocó llevar adelante tareas ingratas de gestión que hicieron, en muchos momentos, que tuviera que dejar en un segundo lugar sus trabajos investigación y, particularmente, sus publicaciones. Así se explica el tiempo que tardó en publicar algunos de sus trabajos más significativos, aunque llevaban ya años terminados. Al mismo tiempo, Pilar tuvo que sufrir constantes ignominias, pues no dejaba de ser una mujer en un mundo que muchos varones seguían considerando como un coto cerrado... A ella le hubiera gustado asentarse en su querida tierra gallega, pero el pensamiento filosófico y teológico no supo allí abrir espacio para una mujer libre e independiente como era Pilar. https://doi.org/10.1515/9783111689869-204
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