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Pedro Ciruelo: actitud ante la peste - 189 cual seré, si pudiere, discípulo y seguidor de aquel grande teólogo, nuestro maestro de las Sentencias, que hablando contra los filósofos y herejes dice: Qui non rationi voluntatem subiciunt, nec doctrinae studium impendunt, [...] ipsamque simulatam pietatem omni verborum mendatio impiam reddunt, falsae doctrinae institutis fidei sanctitatem corrumpere molientes [...] contra veritatem sine foedere bellant. [...] Horum igitur [et] Deo odibilem ecclesiam euertere studentes atque ora oppilare [...] et lucernam veritatis in candelabro ecclesie exaltare volentes, tractatum hunc Deo prestante compegimus ex testimoniis veritatis in aeternumfundatis. In quo maiorum exempla doctrinam que repperies; et per dominicae fidei sinceram professionem, vipereae doctrinae fraudulentiam prodidimus: aditum demonstrandae veritaris com- plexi. Sicubi vero parum vox nostra insonuit, non a paternis discessit limitibus 32 • [Breves conclusiones] De las cuales palabras se notan tres cosas a nuestro propósito: la primera que muchas veces los mundanos filósofos, con una fingida piedad, o con ignorancia en sus libros siembran errores contrarios a la santidad de la fe católica. Especial- mente los hallamos en el regimiento que dan contra la pestilencia. La segunda, que los dichos errores cerca desta materia queremos, en este tratado, destruir por autoridades de la santa Escritura, fundada sobre la eterna sapiencia de Dios que es infalible. Yasí ataparemos las bocas y refrenaremos la osadía fantástica de los vanos filósofos. La tercera, que siguiendo la doctrina y ejemplos de los santos dotares no entendemos de poner aquí otras palabras cuasi sino las suyas. O otras muy conformes a ellas, no discrepando en alguna cosa de sus verdaderas sentencias. [Cortesía con las autoridades de Daroca] Finalmente, magníficos señores, me ha parecido cosa muy razonable presentar y enderezar esta pequeñita obra a la muy sabia y discreta merced vuestra. Que, pues que tenéis encomendado el regimiento de toda esta república darocense, hace mucho para vosotros esta mi dotrina moral prática. Que vale mucho para el buen regimiento y espiritual y corporal de la vida humana. Ymás por mostraros en algo el amor que os tengo. Ypor pagar, en alguna manera, el deudo natural a la patria a quien todos, caramente somos obligados. Ypor daros cuenta y razón, no solamente de lo que he aprendido por los estudios, mas aún de mis predicaciones hechas en vuestra presencia, especialmente en el tiempo que duró el peligro de la más cerca pasada pestilencia. Mas porque sé bien que entre vosotros hay, como es justo y 32 El texto citado de las Sententiae de Pedro Lombardo (I 5, 5) tiene pequeñas variaciones, respecto a la edición crítica, cf. Lombardo, 1971: 3-4.

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