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188 - Miguel Anxo Pena González mi dotrina por errónea en muchas cosas, principalmente en lo que yo persuadía a muchas personas que no huyesen de la ciudad pestilenciada, por ende pensé que era la voluntad de Dios mi Señor soberano, incitarme por sus lenguas a mirar con mayor vigilancia en esta materia, y a poner en escritura pública lo que había pre- dicado de palabra. Porque es cierto que pues, que la dicha dotrina es tan necesaria y tan saludable para en semejantes tiempos, hará mucho mayor fruto para en más lugares y personas y años escrita, que solamente hablada en un pueblo. [Fundamento en las autoridades: san Agustín y san Jerónimo] Otra tal razón da san Augustín, de muchos libros suyos escritos a instancia de algunos herejes que murmuraran contra él 26 • Los cuales libros, aunque muy fruc- tuosos en la Iglesia de Dios, él no ouiera escrito sino tuviera aquella ocasión. Esto mismo se podría decir de muchos otros doctores católicos para cuyo ejercicio virtuoso, porque no se estuviesen ociosos, Dios siempre aparejó algunos malos incitadores verbosos 27 . Ycomo Dios sea todo bueno nunca permitiera mal en el mundo, sino por sacar de allí algún mayor bien. Por eso, según dice san Pablo: Per- mitió el pecado de algunos pocos judíos en la pasión de Jesucristo, por la salvación de muchos gentiles 28 , y si no fuera [por] la persecución de los tiranos nunca res- plandeciera la constancia y paciencia de los mártires en el mundo universo. Pare- ciome también que era razón de purgar de la dicha infamia no tanto a mí, cuanto a los santos dotares, cuyas reglas y consejos teologales yo había predicado por cosas muy sanas y católicas. Como hallo que el muy devoto dotar san Jerónimo, [quien] trabajó de defender su fama en diversos prólogos de la Biblia, contra algunos detra- •tares suyos 29 • Ypareciome que yo debía dar cuenta de mis sermones a todos los que desean ser informados para salir de algunos escrúpulos de conciencia, como manda el apóstol san Pedro: Parati semper ad satisfationem (sic) omni poscenti vos rationem de ea quae in vobis est fide et spe 30 . Yque por razón de la profesión mía en el hábito magistral que visto, aunque muy indigno, soy obligado a favorecer honestamente en cuanto abastarán mis fuerzas a la sagrada dotrina teologal y a los santos dotares della. Por todas estas causas he delibrado con la confianza della, ayuda de Dios, escrebir este pequeño tratado muy armado de las espirituales armas de la palabra de Dios que es la Santa Escritura 31 . Para pelear contra los mundanos filósofos, en lo que contradicen o se desvían de las reglas de la ley de Dios. En lo 26 Agustín, Retractationum libri duo (CCSL 57). 27 Agustín, Enchiridion de fide, spe et caritate, cap. XVIII, n. 68 (CCSL 46,49ss). 28 Rm 11,11. 29 Jerónimo, 1994: 731-732. 30 1 P 3,15. 31 Está parafraseando el texto de Ef 6,11-13.

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