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dote Hija predilecta del Padre é'terno, digna Madre de un Hijo que. es Dios, y amada Espo– sa del E'.spíritu Santo. Por la profundísima humildad que te elevó .a tales dignidades, te ruego que me alcances la gracia de alejar de mi el orgullo. Cinco Avemarías. ¡Oh, Madre del Buen Consejo, mi alma con– fía en ti ; dirígela, guíala por los caminos del Señor! Oración final para todos los días Dulce Madre de los Buenos Consejos, no te olvides de mi alma. Sé Tú mi Maestra en la cienda de los Santos, mi Consejera en to– dos mis proyectos. y designios, mi Guía en el Camino de: Cielo, mi aliento en los desmayos, consuelo en los pesares, mi esperanza en los temores, mi r,efugio en los peligros, mi sostén en la agor:.ía, mi abogada en el trtbunal del Juez Eterno. En tus manos deposito mi cuer– po y alma, mis acciones, palabras y deseos, mi vida y mi muerte, mi tiempo y eternidad. Soy tuyo, llévame a Jesús, entrégame a su Corazón, y viva así al abrigo de vuestros amo– res. Intercede por la Iglesia, por el Romano Pontífice y por todos aquellos vivos y difun– tos por quienes Tú deseas que yo ruegue. Amén. Antlfona Dignísima Reina del mundo, siempre Virgen María, alcánzanos por tu intercesión la paz y la 149