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to como en un trono de gracia para reparar nuestras miserias, e infundir en nuestras al, mas una vida más intensa. Eres infinitamente sabio, bueno y Todopo– deroso: sabes lo que nos falta y puedes reme– diarlo. -Nuestra profunda misE!ria~llénela, Señor, tu infinita misericordia. Sabes lo que nos fal– ta ;-Señor; hable tu Corazón y obre tu poder. -Nuestra profunda miseria-lléne7,a, Señor, tu infinita misericordia. Sabes lo que nos f al– ta;-Señor; hable tu Corazón y obre tu poder. DESPUES DE COMULGAR 1,') Adoración ¡Señor nuestro Jesucristo! Ahora somos en verdad templo tuyo. En nosotros resides real y verdaderamente en cuerpo, Alma y Divini– dad. Así, por amor nuestro, bajas a las más profundas humillaciones. Pero, Señor, cuanto más Te humillas, tan– to más digno eres de nuestra adoración y de nuestro amor. ¡Oh Jesús Sacramentado!-aunque oculto en humildes apariencias,-reconocemos eh Ti a nuestro Señor y a nuestro Dios,-y tributa– mos a tu infinita Majestad-el homenaje de nuestras profundas adoraciones. ¡Oh Jesús Sa,cramentádó!-aunque oculto en humildes apariencias,.:.......recónocemos en Ti a nuestro Señor y a nuestro Dios,-y tributa- 108