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«No soy digno de que .entréis en mi alma»; porque los mismoíS cielos son pobres para vuestra grandeza infinita. Sé que no lo merez– co; porque os he ofendido, a Vos que sois la bondad y el amor. Yo debiera deciros como San Pedro: «Apartaos de mí» ... pero necesito de Vos; necesito de vuestra gracia, de vuestra presencia, de vuestra palabra ; para que mi alma sane y . viva y permanezca en la gracia. Vuestra bondad y misericordia fortalecen mi confianza y .. vuestra.. invitación me obliga a deponer todo temor: «El que come mi carne tiene vida eterna»; «Venid a Mi todos cuantos andáis agobiados y afligidos y Yo os consola– ré». A Vos, pues, me llego confiado, y espero que esta visita sea para mi alma consuelo y fórtaleZq en la virtud y garantía de vida eterna. Acto de amor y de deseo ¡ Que no se pueda amar, Señor, como Vos lo merecéis! No satisfecho vuestro amor con habernos redimido en la cruz, quiso quedarse para siem– pre con nosotros en ef Sagrario. Sólo Vos sa– béis, cuán caro os ha costado •el habernos amado. Gracias por tan soberano amor; en– cended mi corazón, para que sepa correspon– deros, .como Vos merecéis. Os amo sobre to– das las cosas ; quiero amaros con todas las fuerzas de mi alma y os prometo serviros siem- 99