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Y sone---1.r era el sueño explosión de mi cleseo--que, impreso ya tu libro, tan. grmide de contenido, rorrw por un milagro de la fuerza de mi deseo, se hacia pequeño, como las _medallas, como las reliquias, como el regalo de la mano amiga para llevarlo siempre conmigo. Y así ha de ser: tu libro será mi compañero inseparable y lo será de todo franciscano; y, particularmente, para nHes– tros jóvenes estudiantes será la voz fratema, insinuante, que les oriente y guíe y les anime a despreciar la voz de sirena del numdo rastrero y del placer estéril que in,ten,. ten detener su vuelo hacia las alturas del más bello ideal. Y hasta he soñado más: aun aquellos que sólo tempo– ralmente vivieren entre nosotros y por circunstancias de la vida no pudieran seguir en pos de este ideal francis– cano, llevar(jn también consigo tu librito, como el J>e· queño recuerdo del amigo bueno, y en la ausencia y en el, peligro sentirán el roce de su caricia, y les hará añorar días mejores y qcaso . a alguno le hará llorar, y, porque las lágrimas en el hombre son siempre reserva de bondad oculta, al hacerle llorar, le habrá salvado. A nuestros. mismos terciarios, prolongación en medio del mundo de la familia franciscana, les ha de ser es– tímulo de perfección este cálido libro, glosa profunda, sencilla y poética a la vez de la vocación sublime que viven sus hénnanos mayores los religiosos de la primera Orden. Y, por ley de contraste, si casualmente cayera en manos del hombre moderno que, en medio de la vorágine del siglo, siente un ansia insatisfecha de paz y espiritua– lidad, le haría mucho bien, al poder atisbar a través de sus páginas el heroísmo fecundo y seráficamente alegre de unos hombres que, en sus mismos días, voluntaria- . mente han abrazado lo que cuantos no nos conocen lla– marán siempre "la más desesperada vida". No sé decir más, ni lo que he dicho hacia falta; pero quierq ;repetir, porque me gusta y porque es la única justificación de este prólogo: gracias, Fr. Mauricio, por haberme ofrecido la oportunidad de poner nuestros nom– bres juntos en este libro, que es tu alma. • Que la Virgen Inmaculada en su año mariano be1idigá al autor, al libro y a todos sus lectores. Fa. Ismao M.• DE SAHAGÚN Madrid, 4 mayo 1954.-Festividad litúrgica de la Divina Pastora.