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mar capilla lo que acaso el día de mañana será iglesia conventual, coro, oratorio, parroquia o Cél-;– baña misional--:'es para mí .mucho más todavía. En ella se obran mi paz y mi amistad de co,., municación inmediata con Dios; ahí eSI eL único sitio donde .me confidencia totalmente, con . en, tera sinceridad y dedicación, y doy al Cielo mis secretos, consoladores o atemorizados, y llego a tocar y sentir, casi materialmente, la presencia de lo divino, que es el fin principal de una vocación religiosa. El recogimiento debe asaltarme allí espontfl, neamente y ha de penetrar mi interior de roa, nera que aun mi exterior dé muestras de la dignidad que imprime la conciencia de lo di, vino. En esa capilla vivo y viviré muchos .sa~ grados momentos: absoluciones sacramentales, comuniones, plegarias, actos de culto, predica, ción, instantes de inefable consuelo en contacto con 'Dios, y; también la do.nación de mí miSIIllo como sacerdote, religioso y misionero a mi Se, ñor Jesucristo, a la Santísima Virgen en . sus bellísimas e incontables advocaciones, a los An, geles y a los Sant0S1, y al pueblo cristiano, que siempre verá en la capilla el mejor marc9 de mi futura acción sacerdotal y religiosa.