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los deberes de mi vida de espiritualidad, de estudio y de recreación son en sí mismos diri– gidos a los ,más altos fines, como son mi for~ mación superior, mi capacitación para conocer a 'Dios, a las almas y el universo visible e in~ visible de mi Credo. Toda la exactitud y el esmero que ponga en cumplir mis deberes serán poco. La exactitud se refiere a la cantidad de tiempo y de espacio, es decir, al horario y al sitio que debo dedicar a mis -quehá"ceres. Hay que hacer lo ,que Dios q'uiere,• en el sitio que El quiere y durante el tiempo que. El quiere. Esta exactitud reviste a toda obra de cierta hermosura, que se hará perfecta, si •ponemos todo nuestro esmero al ejecutar!~. El esmero es ya cuestión de buen gusto, de método, de sensibilidad y delicadeza . . . espiritual, sobrenatural y mental. Aunque ~se tratase de un deber profesional, merameilte humano, hab¡¡ía que proceder con exactitud y esmero. Pero como .mi vida y todas las acciones de mi vida tienen un aspecto y una finalidad inmediatamente religiosa, el cuí~ dado, la delicadeza y el interés que he de po~ ner en el cumplimiento de los deberes han de ser, en cierto sentido, sagrados. - 15