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-67- joana ez diteke egun os9an itzúli. Elutªgá1i,k ez -~ªr~~ke ~avr basurdeak. Aur batzuek uritik datozenean gose dira. 0-ure ets.~– yen billa joan bear gera. Abere ba~~tiak basoetara ig~si dijoalfr Emendik joan bear zerate beste en hatera. Gure beg1en arg1a itzali eztedin eti beroetara igesi goaz. Nor doa zurekin itutira ~roizean? Sei uso zurirekin itzuli zaitezen. Zure lagunak ager– t;en ziranean etxetik irten giñan guziok. Bakafik gelditu n.in· tzanean mendiko beste aldera joan nintzan. Egun bakar batez ez diteke elur guzia gesaldu. 24 ¿Dónde están las aguas amargas (saladas), en el mar o en 1~ tierra? Las aguas de la tierra no son .todas dulces, las hay que salen saladas. Las aguas calientes puaden salir de la tierra. Hoy vamos todos los amigos al campo. En el invierno no podemos estar en él agua fría. Si los peces se salen del mar se pueden morir. El corazón del hombre. no puede vivir sin sangr~; tampoco los peces pueden vivir sin agua. Vienen del monte los lobos y los osos en busca de animales domésticos. A dón(ie vas en busca de. pan? A casa de mi hermano Miguel. Las aves del aire no andan cerca de nosotros. En el pueblo no se puede encontrar agua fría. Las bellotas se pueden caer del árbol. Ve– nimos con el perro grande para que salgan los lobos de nuestros bosques. Cuando voy con los niños a casa de tu amig~ no suelo tener miedo. De la fuente salia agua caliente. Los pájaros en· tran en las casas cuando tienen hambre. 23 ¿De .dónde vienen las aguas saladas? Los niños pueden sen– tarse en el último lugar. ¿Quién puede estar en la cocina sin ca– lentarse?. ¿A dónde vas con tus criados'? Los hijos de las ciudades no pueden vivir en los montes. Tus palabras pueden ser amar– gas para todos los hombres. El agua se encuentra siempre lim-, pia y potable en las fuentes del monte. El que va en busca de agua a. las fuentes de los montes no puede volver en todo el día. Los jabalíes no pueden venir b.:oy por causa de la nieve. Algu– nos niños cuando vienen de la ciudad tienen hambre. Tenemos que ir en busca de nuestros enemigos. Los animales salvajes an– dan huyendo a los bosques. Teneis que marcharos de aquí a otro pueblo. Vamos huyendo a los pueblos calientes para que no se apague la luz de nuesfrós ojos. ¿Quién va contigó a lá

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