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-138- gure lau etxeák eman ditzakegu. Eti onetan nork gebendu deza– ke mendira joatea? 50 No os debéis.acostumbrar a decir mentiras. Hoy podemos ir en busca de fl9res· contodoslos niños del c.olegio. Mis ojos se han apagado, por 'eso no veo las flores de! campo. La noche se presenta oscura; las estrellas no pueden alumbrar la tierrn; aho– ra veréis que no podemos salir de casa sin los .compañeros. Di– jiste que irías al huerto con tus discípulos; pero no te has presen– tado. Hemos traído agua limpia para que (os) la,·éis las manos; después traéremos pan y vino para que hagáis vuestro almuerzo. Porque era hombre recto prohibió las perversas costumbres de los extranjeros: Si queréis podéis sentaros junto a la puerta del • colegio hasta que venga el profesor; pero debéis estar en silen– cio. Salió el gato tras el ratón: pero no lo cogió porque se metió en un agujero muy p.equeño. Queremos que habléis claro para que conozcamos vuestras intenciones. Escogisteis una labor muy dura para vuestros débiles brazos, pero podéis dejarla sin hacer. El alimento de estos pueblos es demasiado fuerte para nosotros; no es convei1iente para nuestra salud. 49 Pasado mañana iremos a la iglesia y en efla podemos hacer oración.,, Los pastores están acostumbrados a mirar al cielo. No tenéis que avergonzaros delante de nuestros enemigos. ¿Cuándo empezaréís a vivír bien? Si en nuestras oraciones de la mañana nos acordásemos de nuestros padres y parientes haríamos una obra buenH. Mis discípulos no han empezado todavía a estudiar sus lecciones. La simi.ente cayó entre los espinos, por eso no na– ció. Si no hubiera venido el prdesor no aprendería .jamás mio, lecciones. No puedes escoger los compañeros entre esos hombres malos. Con gusto escogería otro entre vosotros si fuera posible. / Ya vemos que en este mundo hay muchos sembradores de la mala semilla. El que ha sembrado mala semilla, ¿qué puede re– coger? Son dignos de recuerdo los pesares que hemos sufrido en el extranjero. No sufrirías por nosotros tantos sufrimien4.os. Los que vienen a mí también a tí pueden ir. Todas las puertas de mi casa están abiertas para todos vosotros. Esos muchachos se han puesto deiante de nosotros para que los veamos. Podemos dar nuestras cuatro casas a cambio de ese palacio hermoso. ¿Quién puede prohibir en este pueblo ir al monte?

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