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bién en sustantivos verbificados que comienzan con consonante, pues en esta conjugación el verbo parece reducido a la categoría de sustantivo (v.no . 53). NOTA: La razón de que existan estas dos clases de conjugación estri– ba, en mi concepto, en que los pronombres personales: tayá, piá, niá, etc. no tienen declinación como sus correspondientes castellanos: yo, me, tú, te, ti, etc. Al decir en castellano: yo te veré mañana, no hay lugar a duda sobre el significado de la frase; en guajiro, en cambio, al decir: erréch tayá piá, no se sabe cuál es el sujeto y cuál el complemento; esto se obvia con la con– jugación sintética: t-erréch piá uátta: te veré mañana. d) No hay verbos irregulares que cambien totalmente la radical, como ocurre en castellano; aparecen pequeñas irregularidades en la vocal inicial cuando se une al verbo el prefijo pronominal, irregularidad consistente en los cambios fonéticos explicados en la lección anterior, no. 52. Cuando esto ocurre en verbos de una o dos sílabas a los que se ha añadido alguna desi– nencia de varias sílabas, dan la impresión de ser verbos irregulares; pero no lo son en realidad, porque los cambios fonéticos están sujetos a reglas fijas, o que pueden fijarse en conformidad con la estructura del idioma. Ponga– mos como ejemplo: pikuinjatü: para comerlo tú, para que lo comas. Viene del verbo cká, conjugación sintética, con la desinencia -jatü. El cambio de la vocal inicial está regulado por las leyes fonéticas del número 52,b) y 39; el cambio de la ü final en iiin obedece a las mismas leyes, n. 52,c); la desinencia -jatü corresponde a la preposición castellana para, o es desi– nencia de futuro perifrástico; o sea, que la irregularidad es más aparente que real. e) Los pronombres personales, muchos adjetivos, adverbios y preposi– ciones son conjugables; los sustantivos pueden convertirse en verbos posesi– vos, carenciales y referenciales con sus correspondientes prefijos k-, m-, p- f) Finalmente, el adjetivo cuando precede al sustantivo o al pronom– bre está verbificado, aunque no tenga ninguna desinencia verbal, como ocu– rre en los adjetivos que tienen una sola terminación para ambos géneros. 63.--ESQUEMA DE LA CONJUGACION. De las seis formas o voces del verbo (v. no. 16), de las que hablaremos en la lección siguiente, tomamos como base la voz activa en cuyos modos y tiempos pueden encajar las demás formas. ' • 95

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