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-26- mi vigilancia y desvelo, mi amor, todos mis oficios en favor de las almas. El pastor de ovejas se viste con sus mismas pieles, va delante de ellas en– señándoles el camino, con su cayado es· polea a las rezagadas, las apacienta ,m fértiles valles, deja noventá y nueve en el aprisco y corre en busca de una so– la que se le ha perdido, y la trae gozo~o a1 redil sobre sus hombros y después la cura de sus llagas; aun durmiendo vela sobre su reb'año, y llega a cobrar tanto cariño a sus ovejas que muchas veces da la vida por defenderlas del lobo. Alma ovejita mía, ven a visitarme dia– riamente y verás cómo hago yo todo esto con mis ovejas, verá:, cómo en verdad soy Pastora amantísima de las almas. ALMA: Una y mil veces me doy el parabién de tener por Pastora "de mi alma a vos que sois tan tierna y cariñosa. De nuevo os pido, oh María, que ejer– citéis conmigo vuestros amorosos ficios; conducidme por el camino del cielo, le– vantadme si caigo, buscadme si me ex– travío y tornadme al redil en vuestros