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-148 - en donde llevó una vida licenciosa, sien– do el escándalo de muchos. Después de 16 años de cometer peca– dos, se le antojó ir a Jerusalén, pero al querer penetrar en la Iglesia sintió que una fuerza invisible la rechazaba hacia atrás. Es.to mismo le sucedió segunda, tercera y cuarta vez. Afortunadamente, levantó los 'ojos y viendo una imagen de María que había pintada en el atrio, ,ie volvió llorando a ella y Je dijo: ¡Oh Ma– dre de Dios, apiadaos de esta pobre pe– cadora, Vos que sois el refugio de los pecadores: permitidme que pueda entrar en la Iglesia, pues quiero mudar de vi– da e ir a hacer penitencia donde Vos me ordenáreis. Y entonces le pareció oír una voz interior que le decía: Entra en la Iglesia, que la puerta y::i. no está cerrada para tí. La pecadora entró,adoró la Sant::i. Cruz y derramó abundantes lá– grimas. Después, vuelta a la imagen, Je dijo: Señora, aquí me tenéis dispuesta, ¿ dónde queréis que me retire para hacer penitencia?-Anda, Je contestó h Vír– gen, pasa el río Jordán y encontrarás e: