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-116 - hablando de su p:isión y muerte, dijo: "¿Acas_p no fué necesario que yo sufrie• ra todo eso y de este modo entrara en el reino de los cielos?" Luego si el dis– cípulo no puede ser· de mejor condición que el maestro, ni la oveja más afortu– nada que su pastor, y si todos los que quisieran entrar en la vida eterna deben asemejarse a Jesucristo, prepárate para sufrir y escucha cómo el divino Pastor te dice: "La única puerta para entrar en el redil del cielo es la puerta estrecha del sacrificio". Anímate, ovejita mía, a sufrir algo por Jesús que tanto sufrió por tí, en satis– facción de tus pecados que has de •ex– piar en esta vida o en la otra y de este modo soportarás los sufrimientos y con· trariedades, sino con alegría, al menos con resignación cristiana. Acude a mí en tus horas de angustia, que ·yo te consolaré. ¿No me ves enluta– da? Soy Virgen Dolorosa, soy Madre que sabe por experiencia de penas y dolores. Soy también madre de los hombres, y una madre no puede dejar sufrir desconsola•

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