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74 ASI ES. LA GUAJIRA pasado. Para un pretérito próximo puede emplearse el presente; es una forma que más emplea el indígena. La ü en las terminaciones, sea que se encuentre al final o en medio, es casi imperceptible. Nuestro compañero de labores y apostolado, Padre Camilo, trae en sú "Guía Guajiro" un ejemplo de los verbos, que nos abstenemos de copiar aquí por no invadir eampos ajenos y porque es mejor que cada cual lea con deten– ción este libro, para adquirir los datos luminosos que se desprenden de su lec– tura. Nos damos por satisfechos de poder haberle añadido a esta tercera edi– ción de Así es La Guajira, los datos insertos sobre el lenguaje de esta raza, aunque ya el Padre Esteban de Uterga, Misionero Capuchino, había escrito mucho antes que el Padre Angel de Carcagente y Camilo de Torrano, sus "No– ciones Elementales del idioma Guajiro" en su correspondiente vocabulario, im– preso en la tipografía de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide en Roma, el año de 1895, que muchos lingüistas ya conocen. , NOMBRES, APODOS. Y CASTAS Es una tendencia del Guajiro ponerle al recién nacido un nombre circuns– tancial, y con él le llaman de por vida, aunque su nombre de pila sea otro. La razón de esta práctica estriba en que al guajiro no se le puede nombre el di– .funto pariente sin que sobrevenga el cobro por haberlo nombrado. La forma de citar en La Guajira a un muerto es innominadamente; esa sanción del cobro engendró en el nativo la idea de evitar la repetición de los nombres iguales. Castas. Los apellidos en La Guajira sí estén también definidos y distri– buídos según las diferentes familias o Castas; así que, casta y familia es lo mismo. No hay allí tanta diversidad de castas como apellidos se encuentran entre los civilizados, y es obvio el motivo. El sistema usado entre los guajiros es el matriarcal, o sea que los hijos siempre llevan el apellido de las madres, aunque ellas hubieran tenido distintos hijos, de diferentes maridos, porque dice el indio guajiro que la·maternidad nunca es dudosa y, en cambio, la paternidad sí puede serlo. Por el contrario es muy frecuente que los hijos de civilizados se apropien los apellidos de sus padres; igual cosa hacen los mestizos. Las castas más prestigiosas de La Guajira son: La Epieyú, la Uriana, la Jayariyú y la Epinayú; las tres primeras de La Guajira Alta, y la última de la Baja. La casta Hipnana es muy prestigiosa en Jarara. Sin embargo, hay ele– mentos aislados, pertenecientes a otras castas, menos numerosas e importan– tes, que le dan por sí mismos renombres y prestigio a la casta a que pertenecen. De todas las castas de esta tierra las que menos renombre tienen son: La Gimú, Pausayú, Uréguana, Uchalayú, Guarepushana y todas aquellas otras que se encuentran· como •asociadas o arrimadas a otras más poderosas. Es de notar que este menor renombre e importancia no se debe a tara alguna o mal de familia, sino solamente a lo poco numerosas que son; debido a luchas con sus congéneres o a factores parecidos. Cada casta tiene su tótem, y hoy en día no .es sino un simple símbolo, ya que en otros tiempos tuvo su mayor alcance o ámbito. El Tótem es un animal que se adopta como protector, y a quien en otro tiempo se le tuvo mayor consideración que a los demás animales, pero sólo en la casta adoptante, en el trato ordinario; pero nunca como divinidad.

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