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66 ASI ES LA GUAJIRA ben de epiqueyas; hizo el guajiro la falta, cumple la condena; no entiende de evasivas. En La Guajira el indígena seduce a una mujer, y ya sabe él que debe pa– gar con animales, collares, etc., este delito; de ahí que ya esté acostumbrado a respetarla. Muy apegado a esta vida. Al guajiro le gusta, por lo regular, vivir largos años; en pocos episodios de su vida se comprueba tanto el amor que se tienen unos y otros, como durante la enfermedad de uno de sus parientes; es prover– bial el esfuerzo que hace por no dejarlo morir; de ahí el éxito del Piache o curandero, porque el guajiro, para conseguir la salud de los suyos da cuanto le piden; arrostra todo género de sacrificios y se somete de grado a las más ridículas exigencias del Piache, en obsequio a la salud de su allegado. Se pue– de decir que es ésta una de las pocas veces .en que el nativo peninsular doblega su rebeldía y temple varoniles. Es muy apegado a su idioma, particularmente la mujer. Pasarán muchos años para que el guajiro pueda llegar a un estado de civilización no digamos perfecto, pero ni siquiera de cultura inferior; y la causa remota está en su in– dole de aferramiento a su idioma. Esto se nota más particularmente en la mu– jer que en el hombre, pues la tendencia del varón es hablar en español cuando está con sus humos de alcohol. Ordinariamente todo guajiro sabe o entiende el español; causa extrañeza el que las mujeres se obstinen a hablarlo, y atribuímos esta conducta a temor de que el civilizado se burle de su hablar de– fectuoso. Hay innumerables guajiras que hablan el español correctamente, y sin embargo, si se las interpela, se tornan en un mutismo absoluto, así sea el Papa o el Presidente de la República quien les esté hablando. Es algo así como si quisieran atraer ·al civilizado a su idioma antes que dejarse ellas llevar al de él. Siempre que se ven obligadas a hablar con el civilizado lo hacen en guajiro, aunque posean el español perfectamente. Casi nunca 'resuelve solo sus contiendas y cosas. Por eso se ha dicho que "el guajiro piensa en comunidad", porque en todas sus contiendas consulta a los más salientes de su misma casta, aun siendo jefe; de ahí que, antes de tomar una determinación de cierta trascendencia, discute, alega con sus allegados el pro y el contra de las cosas, y luego es cuando se determina a obrar; Nunca se aventura un guajiro a tomar una determinación por sí y ante sí, precisamente por aquello de que, al llegar a las vías de hecho, toda la casta debe asumir la responsabilidad; y todos, o participan del botín, o ayudan al pago, u ofrecen sus vidas en la lid; esto es esencial en la vida de compenetración guajira. Cumple la ley ciegamente; pero más por evitar la sanción, que. por virtud moral de justicia. Como las contiendas entre guajiros finalizan con el extermi– nio de las castas más débiles, ya se ha formado en la subconsciencia de este pueblo cierta inclinación a cumplir toda la ley sin regateos, ciegamente, para evitar tales excesos. Está fuera de duda que la armonía completa que reina en la colectividad guajira es fruto del cumplimiento de la ley en todas sus mani– festaciones, y por todos los individuos ricos y pobres, hombres y mujeres, jefes y súbditos; y parece increíble que para ellos la única manera de olvidar las ofensas recibidas, sea el pago.

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