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P. JOSE AGUSTIN MACKENZIE 63 supeditan a la real voluntad de sus hijos, aunque éstos no hubiesen llegado aun a la pubertad. Casi todo padre guajiro, al tratarse de una consulta respecto de sus hijos, espera ver la determinació11 del muchacho, y la respeta con los ojos cerrados. De ahí el adulterio· de la mujer, cuando sus padres la cansan contra su voluntad; de ahí el ahorcarse por idéntica razón. Resuelto y valiente es el· guajiro, y en ocasiones Jeroz; por eso las luchas entre unas. castas y ótras plas– man en el exterminio de las más débiles y en el 'diezmarse de las más fuertes. En su empeño de venganza no escatima medios el guajiro, todos los utiliza en su propósito, y se toma implacable en sus contiendas. El conquistador español conoció muy _de cerca el temple moral del guajiro, y lo respetó; y· cuando quiso pasarlo inadvertido, pagó •éon su vida su valor jamás desmentido. Es franco y sincero. No es fácil que el guájiro dé muerte en emboscada a otra persona; como n.o Jo es que sepa fingir. El daño y la agresión que va a hacer los hace de frente, a sangre fría. El, lo que siente, lo dice como lo siente; no sirve para diplomático . . . Está tan acentuada en él la franqueza, que con la mayor naturalidad le suelta una fresca al más valiente, rayana .en irrespeto y desafío. Su sinceridad lo hace casi siempre . simpático. • Buen amigo, pero temible enemigo. Servicial y sincero es el guajiro como amigo, pero cuando cualquier circunstancia le obliga a cambiar el decorado, se torna :rebelde y violento; es preferible comprar a subido precio su amistad, que tenerlo por enemigo; es inexorable; y en todo aquello en que se considera lesionado, reclama en el acto; aún dentro de la más estrecha amistad y cama– radería, que ·con él se tenga. Al indígena enemigo hay que temerle porque días van y día:s· vienen, ·y en uno de ellos, cuando menos se piense, consuma la venganza.., •En una, choza, vivienda habitual de . los· guajiros pobres, el autor de esta obra dialoga con el Jefe del hogar, sobre pensar en una· momda mejor, ya que, en pleno siglo XX, la vivienda del indígena debe ser mejor presentada y con .mayores comodidades.