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58 ASI ES LA GUAJIRA Tiene el guajiro supersitciones sobre el sueño, que considera muchas veces como verdaderas revelaciones de algún espíritu, para librarle de determinado mal, o evitarle la muerte; como también ser precursor de alguna profesión u oficio a seguir. Y el caso raro es que muchos guajiros cumplen rigurosamente cuanto entienden que el espíritu les reveló en s ueño, v.gr., que pongan un baile de chichamaya; que maten tal res de este o aquel color. Le hacen fiesta y ponen bailes a un animalito que llaman Ayalamúná, que se encuentra en las grietas de las rocas, o en el campo raso, y produce como cierto relampagueo, muy seme– jante a una tempestad atmosférica, vista de noche; estas fiestas son para que el Ayalamuná no les estorbe las lluvias. Cuando el pájaro Carpintero (Y ariruas o Chocho) lanza sus cantares. consecutivos, es señal de que aproxima algún de– rramamiento de sangre, de persona o de animal. El contra: Muy natural es que en los lugares donde el hombre tiene sufi– cientes medios de defensa, los invente o los simule, por aquello del espíritu de conservación innato en todos los seres. En La Guajira es muy conocido el agüero llamado contra. Este es como un talismán que sirve para dotar al indígena que lo posee, de determinadas cualidades en. sus relaciones con sus semejantes. Usa este contra para diferentes fines, v.gr., para tener buena puntería; para que el venado se le acerque buscando la flecha del tirador que posee el contra; para tener valor y arrojo en sus luchas con sus adversarios; para atraer hacia sí las simpatías de la mujer. Este contra es una pepa, un boliche del tamaño de un grano de fríjol, ela– borado de una pasta negra, empolvado con un colorante rojo, y forrada con te– jidos de lana de colores variados; lo usa el nativo adherido a su faja, en una bolsita que .oculta en su reducido ajuar. Son muchos los que usan contra, ad– quirido de algún indígena anciano, que, a muy buen precio, se lo vende; el comprador jamás sabe lo que su contra contiene ni menos de qué fue elaborado; se conforma con creer que posee tales propiedades; al anciano vendedor lo que le interesa es explotar la buena fe del comprador mentecato. Pasa con esto del contra guajiro lo que algunos civilizados, que también elaboran sus oraciones y talismanes, sin propiedades de ninguna clase, y sin capacidad para producir efectos extraordinarios, pero que los incautos y crédulos, sugestionados, consi– guen a elevado precio y en cuya virtud sobrenatural creen. Hay un filtro que se llama Unú, que es el conquistador de amores y el que determina el buen éxito en las cacerías, en los negocios y demás. Al adquirir alguien este contra, el vendedor le enseña un secreto, que el comprador no debe manifestarlo a nadie, sino solamente a la joven a quien va a conquistar. El galán enamorado, al aplicarle su secreto a la joven, no puede bañarse; debe estar en ayuna de carne asada y maíz tostado (itujor) y si no cumple este requisito, no surte efecto el contra, o se vuelve loco el indígena ... Otro contra es el llamado lanío, y este se usa con especialidad para la gue– rra, para inmunizar el cuerpo de las flechas que le arroje el adversario. Cuando se aproxima algún acontecimiento en el que habrá derramamiento de sangre, el lanía alarma por las noches al dueño para que no lo coja desprevenido. Antes de marchar al combate se lo restriega en los brazos y en el cuerpo para que le dé suficiente valor y coraje. Como puede observarse, todo el éxito de estos contras estriba en la auto-
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