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P. JOSE AGUSTIN MACKENZIE 49 También asiente el doctor Posada en que antes de 1864 se escribía gene– ralmente guajira, y luego se cambió por goajira; pero aduce algunos ejemplos en que también se· escribió con OA antes de aquel afio; no puede negarse esto; pero el ilustre dón Enrique Otero demostró que la alteración comenzó a prin– cipios del siglo XIX por Francisco Antonio Zea Y. que antes de éste los descu– bridores, que debían saberlo mejor, y todos los historiadores y en documentos dé la Colonia escribieron guajira invariablemente. ¿No podemos, pues, afirmar qué fue un error o equivocación de Zea, que imitaron otros posteriores, hasta ser defendido por extravío, aun por los eminentes sabios Celedón y Caro, con– tra las leyes fonéticas? .•. Si bien el diccionario de la Academia Española (12i.t edición) trae Goajira, con los significados especiales del Yucatán y de Cuba, distintos del nuestro; el de Izasa, Zerolo y Toro Gómez, que tienen igual autoridad, traen además gua– jiro en el significado colombiano. Por eso, sobre el de la Academia debemos consultar el de Acedo, prhner lexicógrafo que catalogó en su célebre vocabula– rio de afines del siglo XVIII los nombres geográficos indígenas de América. En la página 112 de la "Etnografía o Historia de Tierra Firme" (1908) dice el doctor Salas: "En cuanto a radicales podemos afirmar en tesis general que 'Mucu', 'Gua', 'Uri', o 'Ura', 'Ari', 'úui', 'Yari' y otras son generales para todos los idio– mas que se hablan en América. 'Gua' en chibcha indica monte o colina". Más ádelante (pág. 118) agrega: "El idioma guajiro es gutural, casi no se abre la boca para emitir sonidos. De aquí puede deducirse por qué los españoles no percibían la combinación goa sino la sílaba gua y así la escribían o también hua". Otras autoridades en favor de la sílaba gua son el eminente Padre Pedro Faba, religioso de la Orden de los Agustinos Recóletos, que escribió una nota– ble obra sobre lenguas indígenas de Casanare, y su comentador, el doctor Libo– ria Zerda (Véase Boletín de la Historia Antigua, Tomo VII, p. 10). "Con justo razonamiento -dice éste-, se pronuncia el Padre Faba contra el uso de la pa– labra Goajira, nombre de la península colombiana, en que la sílaba goa (desliz) del doctor Zerda, son dos sílabas) debe ser alteración de la sílaba gua, introdu– cida por escritores posteriores a la Conquista (y a la Independencia, dije en mi primerá carta) pues los antiguos cronistas e historiadores escribieron guajira; y además, no hay razón que se oponga a que esta palabrá entrase en la corriente de la difusión de la sílaba gua ... ". Pero vengamos al nombre de la "Gramática Hispano-goahiba" de los Agus– tinos, misidneros del Casanare, Padres Manuel Fernández y Marcos Bartolomé, citados pdr el doctor Posada, al cual nombre me referí en mi carta anterior. Pues nada les aconteció a estos autores, lo mismo que a los sabios Celedón y Uterga, esto es, cambiaron indebídamente la sílaba gua. Dilucida el Padre Faba esta cuestión: cuál debe ser la verdadera ortografía, pues los cronistas antiguos y modernos la escribieron y la escriben de diferentes modos, lo que no sucedió con guajira entre los antiguos. Se ha escrito indistintamente guagibo, goajibo, guajivo, goahibo. Con gran erudición -al decir del doctor Zerda- discurre el Padre Faba sobre el uso de la sílaba gua en las tribus, pueblos y lugares ameri– canos, en los que sus nombres principiaban por gua y jamás goa. Resulta, pues, que goajiro y guahibo o guahivo son afines en raza y en fonetismo. . . Pero lo mejor es que la Academia, en la edición décima quinta (1925) trae guajiro y no goajiro. Para los que se atienen. a la autoridad de los diccionarios, este argu– mento debe ser decisivo, aunque todavía comete la deficiencia de no darle el
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