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P. JOSE AGUSTIN MAGKENZIE 37 guaro, a dos kilómetros de Marañamana. La Provisión de. A~uas en La Guajira constrnyó en 1929 una represa de concreto de cuarenta y siete metros dy lon– gitud, que estanca dichas aguas, conservando una profundidad, cuando e~tá llena, mayor de tres metros y una superficie aproximada de cien metros cuadra– dos, con capacidad de ciento cincuenta millones de litros. Laguna de Soledad, situada a veinte kilómetros al sur de El Pájaro. Lagu• na de Carazúa, a treinta kilómetros de Riohacha en dirección oriental. Se abas– tece de agua por el río Ranchería. Esta laguna es célebre por el encuent10 de armas que allí se llevó a cabo el 13 de Septiembre de 1901, entre dos mil qui– nientos soldados venezolanos contra número igual de unidades del Ejército de nuestra Patria, en que nuestro Ejército salió victorioso. Laguna de El Pájaro, que recibe sus aguas del río Ranchería, por el caño de Matuca, y que ta1;1to ali– via la sed de los habitantes del poblado del mismo nombre. En sus inmediacio– nes hay un aljibe, pero que no presta gran utilidad al poblado. En La Guajira Alta enumeramos las tres más importantes, a saber: Laguna de Saraipá. Esta laguna recibía sus aguas del arroyo de Ichepo, .rumbo a Cas– tilletes, pero, desde que se le cambió su curso, se alimenta únicamente con las aguas lluvias del contorno. Laguna de Cuitza. Está di~tante de Carrizal catorce leguas. Es una laguna bellísima y muy abundante, situada en todo el centro de Jarara. Cuando está llena ocupa una superficie de un kilómetro cuadrado; es tan sencillo y •rudimentario el sistema que los indígenas de sus alrededores usan para evitar el desagüe de esta laguna, que extraña no se le haya prestado más interés para hacer en ella algo semejante a lo que se llevó a cabo con la de Guaraguarao, pues los indígenas le arrimaban empalizadas y barro a la parte más angosta de la laguna, logrando así estancar las aguas por unos meses más. La– guna de Pachipacbi. Esta laguna es muy caudalosa, y está como escondida, pues casi ni se la oye mencionar; se encuentra cerca a Guayamurísira, rumbo al mar, en las inmediaciones de Santa Ana. Las cacimbas son unos pozos profundos excavado.s así por la acción de los indígenas en los sitios ert que alguna vez, o manó agua o se empozó con las lluvias; a ellas penetran los indígenas desnudos y sacan el agua en múcuras o calabazos •grandes, valiéndose de escaleras hechas en la misma pared de i la ca– cimba, de travesaños rústicamente colocados, o de escaleras mejor elaboradas; ellos mismos se encargan de limpiar las cacimbas pasado el invierno, y así con– servan en mejores condiciones higiénicas sus aguas. Muchas son las cacimbas que hay en La Guajira, máxime en las regiones en donde no hay riachuelos cer– canos, y de ellas sacia el nativo .su sed, como si fueran fuentes inagotables, aun– que casi exhaustas. Las. cacimbas tienen su origen de las corrientes subterráneas que hay en el suelo; estas corrientes son en ocasiones más abundantes en unos lugares :que en otros, y de ahí el caudal de cada una. Voy a copiar aquí los datos adquiridos en un libro, sobre las corrientes subterráneas de agua, en los diferen– tes sectores de este territorio, que sirven a la larga para poder localizar los sitios donde se podrían hacer cacimbas, con abundandtes aguas. He aqui esos datos: Por los terrenos, al norte del cerro de La Teta,· 1os cuales se consideran como los más· faltos de agua en toda la penínsúla, pasa una corriente subterránea
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