BCCCAP00000000000000000001786

P. JOSE AGUSTIN MACKENZIE 191 nueva fábrica, quedando el Prelado gratísimamente impresionado del progreso que al Cesar le dan estas fábricas. Precedió a estas visitas, una misa solemne del Señor Nuncio a las madres de los sacerdotes de la diócesis, en 1a Concepción, y a continuación un desayu– no enteramente familiar. El mismo día lunes 18, el Señor Nuncio prosiguió su VISITA CANO– NICA a las parroquias pertenecientes en lo eclesiástico a la Diócesis de Valle– dupar, aunque esas poblaciones en lo civil pertenecen a La Guajira. El Señor Nuncio, acompañado de Monseñor Vicente, de su Secretario y de mi persona, llegó a Villanueva, Guajira. No. podemos dudar por un momen– to, el alto espíritu cristiano que Villanueva ha tenido siempre, y lo demostró también esta vez,. ya que, al llegar, nos dirigimos a la residencia de las Religio– sas Terciarias Capuchinas, en medio de la aglomeración de los niños y niñas de las escuelas, y de un selecto público, que ovacionaba al Señor Nuncio. Era verdaderamente electrisante el acto: todos vivavan al Papa; al Nuncio al Señor Obispo, a la Iglesia Católica; fue, ciertamente, un certamen de cultura y raigam– bre espiritual, comenzando por el discurso de Don Rafael Antonio Amaya, a quien el Señor Nuncio le prometió conseguir del Papa una distinción especial, como MAESTRO DE MAESTROS. . . Hubo poesías, dramas, total, lo que Villanueva sabe hacer siempre que llegan personajes de la categoría del Dele– gado del Papa. • Seguimos a San Juan del Cesar, ya que el Señor Nuncio quería saludar personalmente al sacerdote más anciano de la Diócesis, Monseñor Manuel An– tonio Dávila, como en efecto lo hizo. Monseñor Dávila dialogó con el Señor Nuncio con una lucidez increíble, para sus 104 años de edad. La ~ociedad, la crema de San Juan, le brindó una copa de champaña; hubo discursos, y en ese acto también se comprobó la valía espiritual de San Juan del Cesar. Acto se– guido; las Religiosas Franciscanas que dirigen el Colegio de San Juan, le hicie– ron 'al Señor Nuncio y comitiva, pasar momentos de verdadera alegría, ya qtie hubo representaciones •artísticas, en donde participaron la mayor parte de las escuelas y colegios de la ciudad; así lo puso de relieve el Nuncio. Terminados los agasajos de San Juan del Cesar, seguimos al BATALLON de Buenavista, BATALLON RONDON, donde se le tenía preparado un elegante almuerzo al Señor Nuncio y comitiva. Las Fuerzas Armadas de Colombia, acantonadas en Buenavista, le rindieron al representante del Papa los homenajes que él, como diplomático y Decano de ellos, se merece. Nuestro ejército estuvo a la altura de las circunstancias, y se notaba en todos los rostros de la oficialidad y soldados, su afecto al representante del Papa. El Ejército quedó en muy buen puesto ante el Señor Nuncio, lo mismo que, cuando en Valledupar, el BATALLON LA POPA le rindió los homenajes propios de tal personaje, en el desayuno que se le brindó. Media hora más tarde, llegábamos a Fonseca, la última de las poblaciones de la Guajira que, eclesiásticamente pertenecen a la diócesis de Valledupar. Allí pudo admirar el Señor Nuncio la hermosura de los coposos árboles de la carre– tera; la Alcaldía de Fonseca le brindó una copa de champaña, al Señor Nuncio Y acompañantes, y también hubo discursos, vivas y aplausos al representante del Papa.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz