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P. JOSE AGUSTIN MACKENZIE LIBROS COLOMBIANOS 17 "Si los cronistas del siglo XVI dejaron obras. descriptivas estupendas acerca de cada uno de los lugares visitados por corregidores y hombres de. lanza, tam– bién ahora los misioneros producen libros de primer orden que vienen a ser complemento de los viejos códices. Al capuchino Fray .Agustín Mackenzie Useche le es •deudora Colombia .de una extensa y docta monografía titulada Así es La Guajira, publicada en 1946, y bien impresa en los talleres de la Empresa Litográ– fica de Barranqliilla. Las costumbres, la geogra.fia, la mitología, la historia, en fin, todo Io que constituye el mundo •de los guajiras se encuentra recogido aquí con amenidad de pluma y con discreción de religioso. Habrá de tener muchos lec– tores es·ta magnífica obra de ciencia, de celo cristiano y de amor a la República". (Revista Javeiiana, tomo XXVII, númerq 31. de febrero de 1947 - Bogotá). "Qué obra tan estupenda a los ojos de Dios y de la. ?!1tria están realizando los Capuchinos en la península guajira. Es sorprendente la actividad silenciosa y eficiente. Quién levanta planos para escuelas y templos; quién dirige colegios de segunda enseftanza, otro construye iglesias, hay quien preside orfanatos de indios y no falta el insl?Mtor de rancherías que instruye, bautiza, casa y sepulta a los descendientes de los motilones, arhuacos, y lo que más sorprende es que estando solos y a grandes distancias, .por únicos testigos, su Dios y su concien– cia, no hay una sola falla; todos contentos, todos empeñados en sus .obras so– ciales perseveran en su vocación y ganan almas para el cielo. Esto es lo que se obtiene de la lectura del libro del Padre José Agustín que acaba de dar a luz en la ciudad de Barranquilla. Es la obra más completa histó– rico-geográfica y étnica que se haya escrito sobre nuestra península. La silueta moral y física del guajiro es de lo más acabado; .nos presenta una raza atlética, alta, elegante, a pesar de la sed y el hambre que la diezman. Bien comida ejer– citada y educada, haría honor a Colombia. Las fotos muestran a tipos distin– guidos por su figura y corrección de líneas. El estudio de su idioma, costumbres y religión demuestran que el autor es un fisonomista y psicólogo de penetrante observación. El estudio de las leyes, ritos, revela que ha estado en continuo contacto con el aborigen. Como buen religioso, eleva un canto apoteósico a su Orden merití– sima y saca conclusiones prácticas para mejorar la raza y hacer más produc– tivas esas abandonadas pampas. El Gobierno debe apoyar la labor de los misioneros, lo único práctico y digno de loa en este retazo de la Patria; La labor de las religiosas, catequizando de rancho en rancho y educando a los niños guajiros, es algo que sólo Dios puede recompensar dignamente. El bien que va a reportar esta obra es el premio que recibirá el autor. Tras del libro irán los turistas y valorizarán la empresa en que en hora~buena están empeñados los Capuchinos españoles. Así es La Gua– jira vale más que todas las improvi$adas .memorias que redactan los visitadores que envía el Gobierno Nacional. Hay que vivir con el indio para conocer sus necesidadeB, BU idiosincracia y costumbres y ayudar a mejorar su situación. Quien por largos años ha convi– vido y viajado en todas direcciones, como el Padre José Agustín, es el que debe ser creído y apoyado en sus empresas de redención guajira"; FRAY MORA DIAZ

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