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168 ASI ES LA GUAJIRA SANTA ANA Exceptuando a Nazaret, no hay en La Guajiraº una población en donde haya calado tan hondamente la piedad como en Santa Ana. Este es un pobla– do muy numeroso, cercano a Puerto Estrella. Tiene capilla maltrecha por los años, pero ya está en víspera de llevarse ~ cabo la nueva. Tuvo escuela mucho tiempo, la que fue trasladada a Puerto Estrella. Aunque en el invierno se cosechan en sus alrededores maíz, yuca, fríjoles, patillas, melones y demás, esta población se sostiene también, como su vecina, del comercio. La mayor parte de los vecinos de Santa Ana fueron educados en el internado de Nazaret, y es p9r esto por lo que se nota allí tanto civismo. En Santa Ana es en donde sin restricción alguna se puede afirmar que se elaboran las mejores hamacas y los más lujosos chinchorros de toda La Guajira. Sobre– sale por su exquisita cultura Enriqueta !guarán· NAZARET Plácido oasis del guajiro y del civilizado; amparo del menesteroso; almá– ciga donde germinan y se forman los nobles sentimientos de amor a Dios y a la Pmria en el guajiro; refugio de la virtud y del pudor; foco de irradiación y de cultura; ese es Nazaret. El pueblo en la parte mestiza y civilizada está formado por familias edu– cadas en el internado del mismo nombre; de escaso caserío. Su situación geo– gráfica es como sigue: 129 14' 41", 29 47' 20". Fue fundado en 1914 en el sitio denominado Amúmm, que fue cambiado por el de Nazaret, en obsequio al nombre del internado que en su amplia meseta se fundaba. El Reverendo Padre Antonio de Valencia fue su fundador. Al amparo del enhiesto Itujor, como vigía inmoble, mansamente refres– cado por las brisas continuas, y lamido por las aguas del arroyo de su mismo nombre, la Misión Capuchina levantó este internado, para formar allí uri refu– gio semejante a la casita del Carpintero esposo legítimo de la Virgen María. Toda la importancia del lugar le viene del internado. En el sector de Nazaret puede haber unos tres mil indígenas, la mayor parte de ellos de muy buenas costumbres y reducidos a vida civilizada. El poblado goza de servicio de agua, que el internado le suministra por medio de molino de viento. La influencia decisiva de la Misión Capuchina en esta región se hace notar por el grado de civilización de sus moradores, remisos y montunos en otro tiempo. Desde que este internado se fundó, los indígenas del contorno no han sabido nunca lo que cuesta una medicina ya que ha sido costumbre obsequiár– selas, para aliviar al indígena de estos gastos, y como una labor de atracción hacia la vida civilizadl)¡, alejándolos, de este modo, de la intervención del piache. SAN ANTONIO Fue un caserío hasta 1952, en que la Misión Capuchina trasladó el Inte-
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