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P. JOSE .8.GUSTIN MA.CKENZIE 15 cooperación ~el Estado colombiano. A poner de relieve estos casos; a mover el espi.ritu rectamente na,cionalista, está sobre todo dirigido el libro del Padre José Agustín Mackenzie Useche, ·Por ello nos parece que debe tener amplia difusión y, lo que es más importante, ser generosamente acatado por .el Gobierno y el Parlamento. •• También merecen estas páginas ser leídas por los historiadores y los soció,– logos¡ y por quienes se interesan en el estudio de las manifestaciones del fol– klore. Por todo esto v.a nuestra felicitación fervorosa para el Padre José Agustín Mackenzie. Useche". • • LUCIO PABON NUÑEZ "ASI ES 'LA GUAJIRA" "En ·1as librerias de la ciudad se asoma, desde hace unas semanas, un libro que merece la pena ser leído. Es un libro editado en Barranquilla, con una pul– critud pocas veces imitada. su autor es un barranquillero ilustre, que ha llevado siempre el recuerdo de su ciudad natal prendido en el alma. Con estos detalles nos referimos a la obra Así es La Guajira y a su autor Reverendo Padre José Agustín Mackenzie Useche, misionero capuchino. Para los que hemos leído siempre con cariño las cosas que se han publicado sobre La Guajira, este libro es el compendio de todas nuestras lecturas sobrJ este terdtorio desconocido y remoto. En Así es La Guajira, se analiza toda h vida de la península india. Sus capítulos son limpios reflejos de las costumbres y tradiciones guajiras. Nunca ha sido más cierta que en esta ocasión la defini– ción de Balzac al decir que "la novela es un espejo paseado a lo largo del ca– mino". Efectivamente, por las trochas y caminos polvorientos de las pampas guajiras han caminado las sandalias misioneras de Fray José Agustín Macken– zie Useche, recopilando los datos que componen su valiosa obra, a la vsz que llevando el consuelo de su religión a las almas abandonadas. La península guajira, situada al extremo norte de Colombia, es uno de los territorios que más se aproximan a la frase del conde Keyserling, al afirmar éste que "América es el Continente del primer día de la Creación". Si no es así, se le p¡¡,rece mucho, sobre todo al referirse especialmente a La Guajira. Hay un vacío espiritual que los hombres tratan de llenar con la religión y la cultura. Parece que todo estuviera inédito y sólo existieran las luchas anímicas que lleva el hombre dentro de si por imperativo de su formación humana. El indio gua– jiro permanece hoy como hace cien años..Sigue encerrado en su territorío sin querer reconocer más .leyes y normas de vida que las suyas propias. ¡ Dura faena sacarlo de estas costumbres ancestrales! Los Conquistadores. españoles no lo– graron dominar a esta raza altiva, fuerte y rebelde. Los colombianos, en más de ciento treinta años de independencia, tampoco han podido hacer grandes cosas, y no por falta de deseos. El guaj.iro sigue siendo reacio a toda dejación de su personalidad aborigen. Los indigenistas, sociólogos, políticos y misioneros tienen en estas gentes el más arduo problema de civilización. ' Para estudiar la idiosincracia y las leyes de los pueblos autóctonos de Amé– rica La Guajira es un territorio ideal Y para conocer La Guajira es necesario leer con detenimiento este libro. Las costumbres se conservan allá con todo su sabor legendario. El indio vive sujeto al clan o casta. Fray José Agustín Ma- •

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