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166 ASI ES LA GUAJIRA como cristaliza. El Capitán Londoño Villegas les introdujo varias modificacio– nes a estas salinas, de no poca importancia. PUERTO LOPEZ Su nombre primitivo era Néimaru, y "no existiendo disposición legal que lo autorice, a alguien se le ocurrió cambiarlo". En uso civilizado se le llama– ba Tuc~cas. Este poblado es como el ave fénix, porque dos veces lo han reedificado y otras tantas ha decaído: una, cuando el Gobierno prohibió la destilación de los licores por el sistema de patentes; las treinta fábricas que existían allí, de propiedad de venezolanos, emigraron, quedando el poblado desierto. La otra, desde que fue clausurado el puerto libre que existió allí; en esa temporada ha– bía en Puerto López grandes almacenes arubianos, curazaleños, etc., y no fal– taban los compradores venezolanos, llevándose a cabo operaciones comerciales por miles de bolívares. ."Está situado a la orilla del caño que, como el de Curazao, penetra más de una legua en tierra firme, orillado por verdes manglares cuyas cáscaras, car– gadas de tanino, alcanzan a tener valor comercial. Carece de agua potable, no obstante haberse buscado repetidas veces la subterránea por medio de taladros· El fundador del caserío de Tucacas, hoy Puerto López, fue el Gobierno, en la primera administración del doctor Rafael Núñez, por medio del Señor Vicente Iguarán, a quien hizo nombar Jefe de un resguardo de aduanas con instruc– ciones de fundar un caserío en la boca de la laguna de Tucacas, y cuidado de la soberanía nacional en aquella tierra que hasta el presente es colombiana. Puerto López dista cinco kilómetros de Castilletes, camino pedestre por la orilla del mar. Es el pueblo donde se encuentran los carreteables que vienen de Riohacha y Carrizal". Está dotado de una capilla-escuela. Posee edificaciones de concreto con techo de zinc, pero ]a mayoría es de bahareque con techo de yotojoro. En otro tiempo tuvo radio-militar y cuarteles del Ejército y de la Policía. CASTILLETES Es inexplicable que Castilletes, siendo 11n conglomerado fronterizo con Venezuela, esté en el abandono en que vive. El lugar está dividido en dos par– tes: la colombiana y la venezolana, pero la parte que corresponde a Colombja carece de puerto, tanto en el mar como en la vecina laguna de Cocinetas. Para ser limítrofe, debiera no faltar allí un retén de policía y algo que patentizara la soberanía nacional; aquello se sabe que es Colombia, por la escuelita de rieduci– dísimo número de alumnos, y por una que otra familia, por cierto honorabilí– simas, que moran allí. Tiene capilla, y en ocasiones retén de policía. Sus habi– tantes se sostienen del comercio, que en gran parte lo hacen con Venezuela. Se halla a 11 Q 50' 59" de latitud Norte y 29 44' 58" E. de longitud del meri– diano de Bogotá, a diez y ocho metros de altura sobre el nivel del mar. Por considerarle importancia a la laguna de Cocinetas, situada a corta dis-

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