BCCCAP00000000000000000001786
164 ASI ES LA GUAJIRA obligado a muchos a buscar embrujes en sus playas, y los han encontrado, es que, llegado· diciembre, y todo enero, como también en la Semana Santa, miles de colombianos de diversos rincones de la patria, provistos de toldas, paraguas a colores y miles de protecciones más, se trasladan, dándole a toda esa costa, la semejanza de un Miami Vich o algo parecido. Es entonces cuando se consi– guen botes, falúas, para regatas, a semejanza del Rodadero de Gaira, y a todo ful pescado; baños y más baños, que transforman aquella quietud del resto del año, en el Cabo, en algo verdaderamente espectacular. Recuerdo que, en una de las muchas veces en que. el Presidente Alfonso López Pumarejo visitó el Cabo, me dijo: "Aquí debiera construirse un Hotel de Turismo". Y yo le aplau– dí la ídea; que él más que nadie, pudo haber llevado a cabo. durante sus .dos administraciones presidenciales. El Doctor López' Pumarejo se hospedaba, siem– pre que venía a La Guajira, en Santa Rosa, en casa de Don Luis Cotes, pero tenía predilección por el Cabo de la Vela. De ahí que, si en esas tres memora.. bles fechas, logra pasarse sus días alguien, imagina que efectivamente El Cabo de la Vela es lo último, en goces, eil La Guajira. El Cabo tuvo su famoso Faro, hoy apagado, si bien como que se trata de restaurar, ya que le sirve de guía a los navegantes. El Cabo tuvo una época his– tórica, para su progreso, ·y fue cuando Don Vicente Puchini y sus hijos, se de– dicaron a la industria pesquera, siendo los primeros compradores de todo el pescado que por esos lares arribaran al Cabo. Tenía sus frigoríferos, y las avio– netas iban y venían a Uribia, rumbo a Barranquilla, en el comercio del pesca– do. 'Al desistir Don Vicente de su negocio, decayó verticalmente el progreso de El Cabo. La situación geográfica del Cabo de la Vela es esta: 12 9 12'. 2Q 18' 09 (Casa Resguardo)- Se dice qu~ en El Cabo hay una gran mina de hierro y gran– des bancos de éoral, la preciosa piedra que aún conserva su valor. "El promontorio que lo forma (el cabo propiamente) es una estribación de la vecina serranía de Los Carpinteros, que emerge enroscada hacia su iz– quierda para formar la hermosa ensenada a la que da su nombre. Este pro– montorio, rocoso sirvió, durante la Conquista de orientación a las naves que venían de Méjico y el Orinoco, con destino a tierra firme, bañada por el mar Caribe. Durante la Colonia sirvió de puerto de escala a los navíos que empren– dían el viaje a España o regresaban de allá, con destino a Santo Domingo, el Darién, Panamá, Cuba y América Central. Esto dio lugar a que, en la cubierta de un navío, anclado en el Cabo de la Vela, en espera de viento favorable para hacerse a la mar, encontráranse Hemán y Francisco Quesada, hermanos del fundador de Bogotá;·· Suárez Rendón, fundador de Tunja, y Martín Galeari.o, fundador de Vélez, estos dos en calidad de presos, a cargo de Alonso Fernán– dez de Lugo. Tales distinguidos personajes de la época, y hoy -de la historia, mientras llegaba el momento de partir se divertían jugando al naipe con el Obispo de Calatayud. De pronto, repentina tempestad produjo un rayo que dio muerte a los hermanos Quesada y al Capitán del navío, lesionándole una pierna al mencionado Obispo de Santa Marta, quien, procedente de España, estaba en espera de ocasión para seguir a su diócesis. Delante del Cabo se encuentra el islote llamado Farallón, un peñón golpeado por las olas cuyas aristas sirven de perchas a numerosas bandadas de aves marinas que, al pernoctar, dejan lo que constituye el guano animal". Este peñón, por la blancura del guano, golpeado por el sol, semeja uno de los pitos nevados de la sierra en Santa Marta; tam– bién el peñón tiene su -parecido al Morro de Santa Marta.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz