BCCCAP00000000000000000001786
CAPITULO QUINTO LA MISION CAPUCHINA Y LOS INTERNADOS Uno de los motivos que me han índucido a escribir esta obrita, a más de mi gran aprecio al indígena guajiro, es la manera injusta como los Misioneros Capuchinos españoles dé este Vicariato han sido tratados en el desempeño de su delicado cargo, por la mayor parte de los individuos que, de un modo u otro, han figurado con puestos oficiales, unas veces como Visitadores, otras como comisionados del Gobierno en el rámo administrativo y educacional; desde el folleto, desde los diarios y en conversaciones· callejeras, para socavar los ci– mientos de esta obra colombianizadora del Misionero Capuchino, solamente porque va vestido con esa librea de la fe católica: el lábaro santo de la cruz de Cristo. No está la hidalguía y la sinceridad en recogerse en el santuario de la conciencia, y allí cada cual, a sus solas, reconocer •que se ha hecho poca jus– ticia a los Misioneros Capuchinos de La Guajira (y lo mismo diríamos de los misioneros católicos que están en otras regiones del territorio patrio evangeli– zando); el silencio es en ocasiones· uii fallo aprobativo, a decir del refrán: "El qué calla otorga"; "El· silencio es más elocuente que la palabra". En honor a la verdad hemos de confesar que en los varios y sistemáticos ataques que la Misión ha recibido en esta labor de civilización, ha habido muy pocos (honrosas excepciones) que usando de los medios adecuados, hayan sali– do a la defensa de los misioneros, ya que a éstos no les encumbran ni vanaglo– rían las incensadas de los aduladores de profesión, porque en su ministerio santo, no son los honores. terrenos los que ambicionan, sino el cumplimiento de su d.eber y la conquista de nuevas almas para Dios. Mi propósito en este libro es decir algunas verdades en favor de los Misioneros. No intentaré ponderar sus ingentes sacrificios y penalidades en el desempeño de sus labores, porque entonces podríamos decir como el Maestro Divino: "Ya estos operarios reci– bieron en este mundo la recompensa ... ". No, la labor sufrida y resignada del Misionero católico la debe valorar y premiar únicamente Dios; tan sólo deseo esclarecer algunas verdades que conviene que el público conozca, no para que redunden en beneficio nuestro, como misioneros, sino para que cese esa serie de conceptos tan erróneos y malintencionados que muchos propalan a todos los vientos, sabiendo que son calumniosos, y se esclarezca la verdad, y sólo la verqid. De soslayo muchas de estas aclaraciones .cederán en favor de la Madre Patria España, y con sobrada razón, pues que la mayor parte de los misioneros que en nuestro Vicariato y en. todo Colombia evangelizan son españoles, y por– que es ese también mi intento. ¡Bendita Madre Patria España! ¡Bendita mil veces, baluarte de la fe, bro– quel contra el error almáciga fecunda de los que fueron y serán corpulentos
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz