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P. JOSE AGUSTIN MACKENZIE 105 necesarias para que se conozca el enlace como tal, ante la sociedad y los fami– liares de ambos cónyuges, es el pago por la esposa, como hemos anotado en otro lugar. Al guajiro no le afecta mucho que la mujer con quien va a casarse hu– biere sufrido antes experiencias con otro; vale decir, que el concepto de virgi– nidad no es de esencia én el matrimonio; es de advertir que esta es la misma doctrina de la Igle sia C atólica, o sea, que la virginidad no es exigitiva para un matrimonio católico; sin embargo, no le es indiferente; y hasta el precio de ella sube si es virgen. El guajiro tiene más dignidad a este respecto que otros indígenas. Hay mas o menos tres modos de contraer matrimonio guajiro, y son: A) Matrimonio por arreglo anterior, hecho entre los parientes de los fu– turos esposos, sin saberlo los interesados, o al menos, uno de ellos, que casi siempre es la mujer. Este tiene lugar cuando dos castas importantes. desean es– trechar más sús lazos amistosos, o enterrar antfguas diferencias, y para ello eligen a sendos individuos de cada casta para· aquella unión~ o también cuando hay alguno que simpatiza con una joven; no ha llegado a decírselo, y, en cam– bio, los parientes de ella sí fomentan ese amor ... ; en este caso, uno de sus fa– miliares, v.gr., la tía, va poco a poco ponderándole las cualidades del· preten– diente, y de que sí debe aceptarlo porque conviene para el bien de la familia, etc. Termina la muchacha por no oponerse, y el día fijado se presenta el joven por su futura esposa, y se la entregan, con demostraciones de mucha compla– cencia entre los representantes de ambas castas, siguiéndose la consiguiente fies– ta. A los pocos días (o en el mismo en que fue por ella) se hace el cobro, y al llenar ese requisito, ya se estrechan los vínculos entrambas castas, tal cual lo soñaron un día sus jefes o mayores. Esta forma de matrimonio ya está casi en desuso, entre otras razones, porque la mujer así casada, por puro interés de sus parientes, termina siéndole infiel a su marido. Otra razón es que muchas mu– jeres así casadas terminan por ahorcarse, en vista de que habían unido su suer– te de por vida a la de un individuo por quien no sentían verdadera simpatía; era algo advenedizo. Es claro, al ahorcarse, alguno tenía que pagar la muerte aquella, y ordinariamente le tocaba hacerlo al propio marido, o a quienes la obligaron a casarse sin su gusto, siendo esto en la práctica muy engorroso, por sus fatales consecuencias. Al referirse el General Pichón a esta clase de matrimonio guajiro, dice: "También se verifican matrimonios para enterrar guerras de casta. Revis– ten un carácter especial, y los encargados de fomentarlos son: los abuelos, las madres y las tías maternas de las partes contrayentes. La originalidad de la ce– remonia es muy curiosa: se valen para ello del Guará (fetiche de oro macizo en .forma de ave, generalmente paloma, símbolo de paz, y sólo existen tres en la Península que los guajiros reconocen como legítimos), que primeramente vi– sita la casa de las madres y abuelas maternas de los novios para preparar las simpatías. Una vez dispuestos los ánimos, se fija el día de la ceremonia de paz, para acabar con las .viejas rencillas de las familias o parcialidades; en este día solemne el Guará lo colocan en el centro de la enramada, después de haberlo lavado manos impúberes, y luego lo envuelven en un velo blanco, como sím-

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