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P. JOSE AGUSTIN MACKENZIE 103 dispensable para el buen éxito del piache, que los familiares den todo cuanto los espíritus solici tan, p orque si así no lo hicieren, los espíritus malos no en.. tregarían cuarada el alma del paciente. De ahí que, tan luego como el piache trasmite a los parientes del enfermo lo que pide el espíritu, éstos se descabezan buscando por todos los hatos una vaca con las características indicadas antes; la silla de montar tal cual la reclama el espíritu y el corte de dril blanco a rayas negras, cueste todo esto lo que costare .. , Po,r supuesto que, si después de mucho inquirir no consigue estas cosas, que satisfagan en todo la exigencia del piache, éste no tiene ningún inconveniente en aceptar dádivas muy pl;llecidas a las exigidas antes. ¡Qué piaches agalludos! ... En ocasiones se. da el cas.o de que el piache cae contra el suelo; o siente como si le mesaran los. cabellos (todo esto efecto de la manila), y entonces afirma que ello es debido a que el espíritu no quiere dar curada el alma del enfermo, porque, v.gr., los parientes no presentan cuanto piden los espíritus o porque debe el piache exigir algo más. Atribuyen también los piaches estas caídas al suelo, a que alguno de los de la casa o de los visitantes los miró cuando estaban tratando al enfermo. (Se las saben todas). Prosigue el piache su faena de curación: traga y más traga manilla; mara– quea a diestra y siniestra, y cuando los parientes del enfermo anuncian que ya está listo todo cuanto el espíritu exigía, y el piache vislumbra la posibilidad de curarlo, les dice que el espíritu pide un baile de chicha-ro.aya y que en él se debe matar una res de tal o cual color; unas cabras pintadas, etc . . . Ansiosos lo:s allegados del paciente, de su :salud, obedecen con prontitud y ponen el baile, y matan los animale:s exi gidos, Al v er el piache al enfermo casi restablecido, pro– rrumpe en una enorme cai:cajada y imtona cánticos; menea ht cabeza en varias direcciones y mueve rítmicamente la maraca. Sale el ph1cbe del cuarto; arroja s.aliv~os sobre las tajadas de carne, mez. ciados con manilla, como bendiciéndolas, para ser comidas por los asistentes al baile; entonces cada uno de ellos coge su trozo de carne; y tomando todos una misma dirección o mirando a un punto fijo de los cardinales, empiezan a comer y se reaunda luego el baile, hasta que el enfermo se considera del todo curado. Esta carne la comen en honor de los espíritQ del piache. Terminada la ceremonia de la curación, se regresa el piache a su rancho, llevándose consigo el premio de sus servicios. Cuando la terapeútica de la ma.. nilla, de los remedif.ls vegetales y de los demás potingues que a escondidas le aplica el piache al enfermo, no logran curarlo, y el piache ve con ojos de lin~e que el paciente no tiene c1Jrnción, llama a los de la ca.sa y les dice que el es.. píritu se ha aferrado a no entregarle curada el alma del pariente; y así, desahu– ciado el infeliz, el piache se va a su rancho, después de haber devuelto a los familiares del enfermo la sarta de oro (pago inicial) y cuanto se le había dado a buena cuenta para la curación. Y se oonfonnan entonces con que se les muera en enfermo. Los médicos deberían hacer lo mismQ: devolver el dinero recibido cuando no logran ciuw:' el enfennQ, cuando &abían de Qtemano, que el enfer~ mo era incurable.. En oeasiones el e:gcesivo chupar de manilla afecta tanto al piache, que le sobrevienen convulsiones. En. tales casos llaman a otro piach~ para que lo ce>m-

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