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P. JOSE AGUSTIN MACKENZIE 101 aspirante encerrado, pues así (dice el piache) lo requiere el espíritu. El baile comienza con la salida del sol, y se acaba. cuando éste se oculta, con la parti– cularidad de que en él no pueden tomar parte ni las señoritas (núbiles) ni las viejas; es exclusivamente para los medianos y los niños; no se puede dejar de– rramar el caldo en el fogón en esos días, pues el alumno saldría mal graduado. Durante este encierro, el alumno come unos .días maíz tostado (ítujo); otros, carne fresca de cabrito, y esto es de precepto; la carne que consumen los baila– dores entonces, es para el espíritu que la pidió, pero él sólo la engulle también en espíritu, y luego la cede a los danzantes. El piache doctor, ya en el aposento, se sienta en un banquito hecho ordi– nariamente de madera liviana, balsa, más o menos de un árbol llamado pionío; este asientico tiene la figura de un pájaro, un caballo, un ave cualquiera y ani– males semejantes. Está el piache medio desnudo, con su vestir académico, así: lleva en su cabeza un gorro a modo de bonete sacerdotal o birrete, hecho de lana, llamado corona, y que en guajiro se dice quiárugu. Así, con esa indumen– taria y sentado, le entrega a su alumno un pedazo de manilla para que lo mas– tique y se trague la saliva; y él a su vez hace otro tanto; le coloca en la cara una máscara, y en la cabeza .un gorro. Empieza entonces el piache a entonar unos cánticos, que dizque le dicta el espíritu y que por repetirlos tantas veces los aprende el alumno. Al cabo de un rato de haber estado ingiriendo manilla maestro y alumno, se les aparecen como por ensalmo a ambos, dos espíritus: (Yarujá). Después se van estos dos diablos y vuelven otros dos, y así por tur– nos repetidas veces. Estos dos espíritus le dicen al alumno: "Cuando tú seas piache, debes pedir vaca, silla, tela, cabra, collar, mula y otras cosas más" ... Tal comunicación no la hacen los espíritus verbalmente, sino por representa– ciones alucinantes, en la mente del alumno. (¿Qué no verá en visión una per– sona ebria por tabaco, ron u otro licor? ... ). Le aconseja el espíritu al neopiache que cuando comience sus curaciones las ensaye primero en los niños y personas menores, y después cuando esté más diestro, atienda a las mayores. El espíritu le dice al nuevo piache que ya tiene poder para curar enfermedades en los hombres y en los animales; para provocar las lluvias; .curar las fiebres; sacar gusanos de los oídos, ojos y de cualquier otra parte del organismo humano. Que debe abstenerse por completo de todo acto sexuaL Durante el encierro se repiten todos los días las .ceremo– nias de la manilla, cánticos, etc.; al mes de encerrados, el mismo espíritu es quien indica que puede el alumno salir del encierro, ya doctorado. El grado se confiere así: El piache maestro empieza a realizar ciertos mo– vimientos de cabeza y ademanes como quien entrega algo, y dice que le está traspasando al alumno sus espíritus, los propios del piache doctor, que son los mismos que le transmitió su maestro, cuando lo doctoró. Estos espíritus son unos buenos y otros malos, en número de seis; y desde entonces queda el nuevo piache en posesión de ellos, como también el maestro aunque los trasmitiera a diez o más alumnos. Los espíritus recibidos por el nuevo ]piache son los que le ayudarán a curar los enfermos cuando le toque ejercer el oficio. Con la coronación, la entrega de . ia maraca y la infusión de los espíritues queda ya adquirido el doctorado. En– tonces el espíritu ordena la matanza: de algunas reses, chivos y otros animales,

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