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100 AsI Ea LA, GUAJIRA Módo de hacerse piache un guajiro. Sueña una noche un indio (o una india) que el espíritu (el Guanurú) le ha comunicado que debe hacerse piache, porque esa debe ser su suerte, su destino; que debe comer tabaco o manilla, porque si no lo come, su suerte se le torcerá. El soñador guarda en riguroso se– creto esta revelación del espíritu, pues sabe que si la comunica antes a otros, se pasma el espíritu y fracasa el sueño: su futuro; y después de haber hecho to– das las diligencias para conseguir un trozo de manilla o tabaco, lo mastica e ingiere su saliva. Al cabo de un rato le comieti.zan al soñador unos como ma– reos, vértigos y vómitos que sus familiares no saben a qué atribuir; técnica– mente se dice entonces que ~stá enfermo el soñador. Después de unos días, él · le participa a sus familiares que el guanurú le ordenó en sus sueños que se hi– ciera piache, pues ese era su futuro. Al in~tante ellos se dan prisa en buscar un piache, de buenos espíritus, y experimentado, para que examine al soñador, al enfermo. También en ocasiones se recurre al dictamen de cierto individuo, como adivino, llamada en guajiro· óutschi u óuraqui, el cual ni es pjaéhe ni doctor, sino que, por sus buenos y continuos aciertos y experimentos en adivinar los futuros eventos, se .há granjeado el aprecio y la consideración de sus coterrá.: neos, siendo muy solicitado y consultado por los demás. Este óutschi u óuraqui; cuando recurren a su dictamen, toma en sus manos· un tizón de candela bien al rojo, y bate a un lado y a otro de continuo, y con la ayuda del tabaco encen– dido, que fuma en esos momentos, dice que adivina en sus espirales de humo las cualidades del novicio piache. Este semiadivino u óuraqui casi siempre da su dictamen favorable, que es como el visto bueno para las futuras interven– ciones médicas del piache. • Con este parecer del óutschi, el piache llamado para examinar al soñador se considera .como respaldado, y entonces comienza más a gusto su tarea, con buen augurio para el aspirante. Cuando en las cercanías no hay ningún óuraqui (que los hay muy pocos) entonces el piache procede a dictaminar solo. • El piache escucha siempre el relato que le traen los parientes del soñador sobre el aspirante, como es condición sine qua nou (sin la cual no) para que el maestro· vaya a :examinar el caso, que le entreguen anticipadamente una sarta de oro y otras piedras de valor, estos emisarios en seguida le ofrecen los ricos presentes que el piache reclama, y al instante salen todos con él para la morada del soñador. Lo examina, le da a ingerir manilla, y cuando ve que entra en un sopor, con mareos y desmayos, se introduce en la boca un tabaco, lo mastica y entona un cántico especial; concluido el cual, el aspirante le hace la petición de que desea ser piache, porque guanurú así lo exigió en sueños. 'El piache, confiado en el dictamen del óuschi, conceptúa que el. alumno sí puede seguir la carrera, y desde entonces comienza la ceremonia del doctorado. Ceremonia dél doctorado de un nuevo piache. Se encierran solos durante un mes piache y alumnó. en una habitación bien resguardada de las miradas de los curiosos, porque es cosa del todo cierta (dicen los piaches) qu~ si algún ter– cero los mira durante las funciones preliminares del doctorado, se pasma el es– píritu, o el guam,irú tira éle' los cabellos al piache maestro y lo maltrata. Nadie, pues, puede entrar a su encierro de un mes, sólo un muchachito que les ll;va los alimentos y les atiende a sus necesidades personales. Durante todo este tiem– po es de rigor poner un baile de chicha-maya, en la explanada del rancho del
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