BCCCAP00000000000000000001783
INTRODUCCION Desde años atrás abrigaba yo con cariño la intención y el propósito de realilzar a pie el viejo Camino de Santiago (1); motivos religiosos, cultura– les, históricos, deportivos y hasta sentimentales se habían puesto de acuer– do para engendrar en mí esta idea, pero no veía yo demasiado clara la po– sibilidad inmediata de que este proyecto mío evolucionara y se tradujera en un hecho real y concreto. -- ¡Alejandro! Hemos hablado varios amigos de ir andando este verano hasta Santiago de Compostela y contamos contigo -me suelta de buenas a primeras un compañero en el campus de la Universidad de Zaragoza, allá a primeros de mayo. -- ¡Estupendo! -le replico sin vacilar-; hace años que estoy desean– do hacer el Camino. ¿Cuándo nos juntamos para concretar algo? --No sé ... Habrá que esperar a que pasen los exámenes; pero me pa– rece que tendremos que hacerlo para julio. Terminó el curso, pasaron los exámenes y, como suele acontecer, vino la dispersión sin haber decidido nada en absoluto; los que un día habían soñado con caminar a Santiago o se olvidaron de su anhelo, o tropezaron con otros inconvenientes que les impedían llevarlo a la práctica. Y yo me quedlé con el desabrimiento y la desazón de quien ha dejado escapar de entr,::l las manos una magnífica oportunidad, que se había presentado,. ade– más,. servida en bandeja ... Mes y medio más tarde es otro compañero quien me interpela duran– te la comida: --¿No decías tú que querías ir andando hasta Santiago? Ahora tienes la ocasión; precisamente dos vecinos nuestros salen dentro de unos días. << ¡Esta sí que no me la pierdo!», digo para mis adentros; y al comen– sal que me brinda la noticia le pido nombres y direcciones. Esa misma tard,e acudo a la oficina de don Antonio Heras, uno de los presuntos pe– regrinos. ,7
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz