BCCCAP00000000000000000001783
y descansar después, en un prado, en tanto que se descongestionan las casas de comidas. Bien mirada la cosa, la marcha de esta tarde no pre– senta ningún problema ni dificultad particular: catorce kilómetros, apro– ximadamente, o sea, unas tres horas, una tarde serena y por la C-547, sin ningún desvío, sin ningún tropiezo. Quedamos en el primer bar de Mellid cercano a la carretera. Las previsiones se cumplen al pie de la letra. Caminamos tranquila y sosegadamente Alfredo, Johan y yo; la densidad de tráfico es baja; sobre las seis nos adelanta un autobús: «La Salle de Zaragoza a San– tiago.» ¡El autobús que tanto preocupa a Antonio! ¡Tampoco era para angustiarse tanto ... ! Confiamos llegar a mesa puesta; como nuestros compañeros nos han precedido dos horas antes, habrán buscado alojamiento y todo lo demás. Aquí sí que nos hemos equivocado; nos esperan sentados en las gradas del pórtico románico de San Pedro, a las puertas de Mellid. Nos dirigimos juntos a un café, solicitando información; también esta vez la fortuna nos sonríe, pues aquí mismo nos pueden dar de cenar y disponen de camas suficientes. Durante la obligada espera, Alfredo y yo ensayamos una partida de ajedrez. 20 DE JULIO: MELLID - AMENAL (35 KM.)' Hace días que ni siquiera hacemos caso a los kilómetros que nos se– paran de Santiago; ¿para qué? ¡Ya llegaremos! Además, entre que, por una parte, unas veces vamos por la carretera y otras por caminos y, por otra, que en alguna ocasión nos ha parecido que los indicadores estaban colocados según el orden en que habían caído del camión que los trans– portaba, no nos servía de mucho conocer la distancia exacta. Ya vemos que falta menos y que no tenemos por qué forzar .la marcha; un día más o menos no supone apenas nada en una peregrinación tan larga. Por lo que a hoy afecta, palpamos que nos queda demasiado para una sola eta– pa, pero que es poca ración para dos. Y como lo del autobús de los zara– gozanos está ya resuelto, haremos de nuestra capa un sayo, sin prisas y sin apuros. Como al acercarnos a León. Para empezar bien, nos levantamos a las siete. Ayer vimos en un es– tablecimiento cercano a nuestra posada: «Chocolate con churros a partir de las siete»; y eso es lo que desayunamos antes de salir a la carretera, no sea que a Alfredo le dé otro antojo. Continuamos por la C-547, que viene a confundirse prácticamente con el Camino que abrieron los antiguos peregrinos; llevamos andados unos 77
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz