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Prontos y bien mandados, seguimos sus indicaciones, pues no quere– mos dar pasos en balde. Visitamos el primer bar que se nos presenta a la vista; en el monas– terio nos han tomado por abstemios. «Dijiste, Alfredo, que hacéis quinto de Medicina. ¿Has estudiado la vitamina V... ? Pues, mira: cuando sali– mos de Zaragoza tomábamos de tiempo en tiempo bicarbonato para evi– tar las agujetas, vitamina C para combatir el cansancio, dátiles y cirue– las pasas para recuperar las fuerzas y tinto con sifón contra la sed y la deshidratación. A los pocos días nos quedamos sólo con el vino tinto con sifón, al que comenzamos denominando vitamina V; ahora lo llamamos simplemente vitamina.» Es maravilloso el paseo de hoy, paseo con todas las de la ley, por la carretera recién estrenada; la temperatura es agradable y el paisaje en– cantador, todo verde, poblado de árboles ... •Hemos salido muy tarde y casi de un tirón llegamos a Paradela; nos detenemos a comer en una venta. Continuando nuestro paseo, alcanzamos a un matrimonio bastante mayor; aunque el cielo está completamente azul, se cubren con sendos chubasqueros rojos; caminan con parsimonia por el peso de los años o de las mochilas, o porque no tienen prisa; según nuestras noticias, tam– bién éstos hacen el Camino y son daneses. Un poco más y divisamos al fondo las azules aguas del pantano de Belesar, en el que quedó sumergido el viejo Portomarín, «uno de los pue– blos más pintorescos del Camino», leemos en la guía; La carretera bor– dea un tramo del embalse antes de cruzar el puente sobre el Miño y as– ciende luego al nuevo Portomarín. Por una calle porticada desembocamos en la plaza principal, uno de cuyos lados preside la iglesia de San Juan, iglesia fortaleza que ha sido trasladada piedra a piedra desde su solar primitivo, anegado ahora por el embalse, hasta este su nuevo empla– zamiento. Por lo que advertimos, acaban de celebrar algún acto público en esta bonita plaza con ocasión de la fiesta que hoy se celebra en toda España; hay mucha gente que comienza a desparramarse por todas las bocacalles y el centro está ocupado por una gran cantidad de sillas plegables. Nos entrevistamos de nuevo con Cholo, Manolo, Santi y Márquez, amén de los dos cruzados, que se nos han adelantado durante nuestra detención en Sarria. En un chapurreado que entendemos bastante bien, una mucha– cha francesa nos invita a la misa que ellos van a tener inmediatamente; «ellos» son un grupo numeroso de chicos y chicas franceses que también peregrinan a Santiago; vienen con capellán y les acompaña un autobús que los ha transportado hasta ... y que ahora les lleva la impedimenta. 73

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