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café y coñac, cuyo sabor casi se nos ha olvidado. Y no nos ponemos el «puro al morro», porque ninguno de los cuatro somos fumadores. Contando con que el pueblo es reducido y no habrá mucho que visi– tar, Antonio se queda en la fonda a descansar y a emborronar cuartillas; nosotros preferimos el aire de la calle. La inigualable iglesia románica de San Martín nos entusiasma y nos embelesa por la pureza de líneas y la labra de los capiteles y caneci– llos (22). Un individuo que se nos pega en esta visita refunfuña porque le cobran pcir entrar a un templo; no quiero hacer ningún juicio temerario, pero este señor, a pesar de su indumentaria, más pinta tiene de curioso turista que de fiel devoto. Además, que por cinco pesetas no se muere nadie ... Gozamos de la tarde tranquila y sosegada, llamo por teléfono, escribo algunas tarjetas y, a última hora, después de cenar en La Marisa, José Mari y yo acudimos a una casa que nos han buscado para dormir los dueños de la fonda, ya que en ésta no disponen de camas libres para los cuatro. 8 DE JULIO: FROMISTA- CALZADILLA DE LA CUEZA (45 KM.) También hoy son Antonio y Rafa quienes nos despiertan antes de que amanezca. Nuestro insigne «Palizas» -así ha rebautizado Rafa a Antonio- se erige en guía indiscutible: ayer le explicaron ce por be el sendero que, a través de los campos, nos sacará a la carretera ahorrándonos muchos pasos; y, efectivamente, a pesar de la oscuridad, nos conduce sin vacila– ciones hasta el lugar deseado. Sobresaliente. • A Antonio le dura la cháchara de ayer, mejor dicho, de anteayer, y nos relata con amenidad y regocijo cómo pasó la tarde y la entrevista la mar de curiosa con unos peregrinos catalanes que van también a San– tiago. Vienen en un flamante coche y se detienen en cada población del recorrido para que el cura o el alcalde testifiquen con su sello y su firma que dichos peregrinos han pasado por el lugar; al final tienen prevista una intervención en la televisión francesa dando cuenta de su romería. A una observación de Antonio replicó con viveza la mujer, que era la que llevaba la voz cantante: «Todo cambia. ¿No vestían antes los curas sota– na y ahora no? Pues esto es igual; antes los peregrinos iban a pie y por caminos polvorientos; en cambio, en estos tiempos viajamos en coche y por asfalto.» Población de Campos; nos lavamos en un pilón, a la entrada del pue– blo. Cruzamos el río Ucieza. 4,3

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