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~ H Guarao, nadie lo habla, -nadie habla el Guarao así- ni con su ~ o conocimiento nadie se va a entender con los guaraos corrientes y r molientes. Y La normalización de la Lengua Guarao y su ortografía científica ~ luce ya como un intento ilusorio, desgraciadamente, en cualquier sistema ~ ortográfico. En los veintitantos años en que se viene intentando su ~ implantación, no se ha conseguido más que la normalización "académica", 1 teórica presentada por el Ministerio de Educación a nivel de Programa y ~ de intención. La normalización real, a nivel de etnia, requiere un "motor e a de combustión interna" también real, no supuesto. Un "motor" que ~ empuje desde dentro. Ese motor está construido por el interés y el s prestigio, el prestigio de un dialecto guarao que se encime sobre los otros por el interés que despierta su poder político, económico, demográfico y sociocultural. Un dialecto guarao de esas características no existe. Cada individuo, cada familia, cada comunidad guarao piensa y sostiene firmemente que él/los es/son el/los que sabe/n hablar Guarao, el propio Guarao. Los otros -que pueden ser treinta mil- no saben. Esos treinta mil están fraccionados en grupos de trescientos y menos individuos que piensan y actúan lo mismo: "Yo soy el único que sabe hablar el Guarao Perfecto". Para los guaraos, el prestigio está fuera de ellos, está en el mundo criollo. Ellos no leen, no escriben, no poseen subjetivamente ni dominan un núcleo significativo interno de cultura homogéneo suficientemente atractivo para crear adhesiones. Su poder sobre las demás facciones no brota de sí mismo, sino que se lo impone o proporciona el mundo criollo mediante mecanismos político-económicos. La misma normalización ortográfica propuesta por el Ministerio de Educación es una imposición foránea que responde a intereses ajenos a la etnia, como pueden ser el prestigio académico de los normalizadores y del propio ministerio, el interés político, económico e ideológico de los partidos, el interés crematístico de los organizadores de eventos, etc. La normalización propuesta por el Ministerio de Educación no se corresponde con la situación real del guarao, situación de analfabetismo general. Los pocos escolarizados y los que ostentan títulos académicos medios o superiores, no tienen los conocimientos fonológicos requeridos para usar y menos para enseñar esa normalización, en parte porque

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