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~ va imponiendo la autodenominación "guarao" (gente de la playa, playero) a costa de la, a mi parecer, caribe "guaraúno" o "guarainó" (semejante). ~ Indicios de esta situación, los encontramos en la toponimia actual: Uracoa, ~ Caño Guara, Las Alhuacas, Piacoa, Acure, Aroy, Tucupita, Sacupana, n d Araguao, etc. e r º Los misioneros capuchinos durante el siglo XVIII hicieron "sacas" : pacíficamente, de "guaraúnos" para ubicarlos en tierras altas aptas para ; la agricultura que entonces se conocía, y para la ganadería. De esta forma querían "reducirlos" a pueblo. Pero los guaraos, amantes de sus morichales, "se fugitivaban", también pacíficamente, a sus rancherías, donde abundaban la pesca, la caza y la yuruma, bien resguardadas de los avatares coloniales y tribales, luego de haber visitado gratuita y salvamente lejanas tierras como turistas reasegurados. Las supuestas ventajas de la vida civil en pueblo no les compensaba el esfuerzo que ellas requerían. Fue al final del siglo XIX y principios del XX cuando los guaraúnos sufrieron "sacas" forzadas para trabajar en la recolección del balatá (caucho natural) por las serranías de Imataca y posteriormente para trabajar en el relleno que requería la ciudad de Tucupita. Estos guaraúnos o sus supervivientes, regresaban después al delta bajo, mas no ya a los morichales sino a las orillas de los caños abiertos. Acostumbrados ya al trabajo asalariado y a la vida social fuera de la familia extensa, con facilidad y entusiasmo se entregaron a las siembras de arroz y a los trabajos forestales, como obreros pagados en especie y en metálico. La introducción del cultivo, relativamente fácil, del ocumo chino aseguraba su subsistencia fuera de los morichales, por lo que abandonaron definitivamente su hábitat tradicional, donde había madurado su cultura. Fue a partir de las restricciones impuestas a los trabajos agrícolas y forestales, cuando el nuevo guarao, atraído por las promesas politiqueras, acostumbrado a los alimentos industrializados y comercializados y al uso del dinero que eso conlleva, se atreve a iniciar, hacia los años 70, su desplazamiento a lugares fuera del delta bajo orinoqueño en forma individual o familiar. Unos estaban más preparados que otros. En eso se nota la labor de los Centros Misionales. Unos traían ya el conocimiento de la lengua nacional, de los trabajos domésticos, el uso de máquinas y la educación formal; otros, sólo pantalón y camisa y
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