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PRESENTACIÓN Los guaraos constituyen una etnia muy conocida, aunque periféricamente, por nosotros los deltamacureños. Muchos de sus individuos viven, trabajan, pasean o piden limosna por las calles y barrios de Tucupita. Todos sufren y encaran su futuro con estoicismo. Si conocemos eso, quizá no conocemos tanto su cultura, su historia, sus valores y su geografía, su hábitat tradicional. Bien merecen unas palabras al respecto, que sirvan de introducción a este librito. Colón y los primeros extranjeros que llegaron por estas tierras al final del siglo XV y primeras décadas del siglo XVI, encontraron a los guaraos en las costas bajas y boscosas que van del estado Sucre a la vecina república de Guyana, ambos territorios incluidos. Para la mitad del siglo XVI, los guaraos aparecen en los mapas de la época rodeados, al norte y oeste por tribus caribes; y al sur, también por caribes y los aruacas. Encontraban su desahogo, y hasta quizá su origen, en el mar, en las islas llamadas ahora caribeñas. Sus primeros conquistadores -opresores- fueron, pues, aruacas y caribes. Su relación con los primeros quizá fue menos traumática. Observamos hoy un mestizaje guarao-aruaca, pero los mitos y relatos no nos dicen en qué condiciones tuvo lugar. No es ese el caso con los caribes, al menos los del sur, a quienes los guaraos siempre han considerado como enemigos mortales, como temibles antropófagos. Probablemente el tradicional internamiento de los guaraos en lo más profundo de los morichales del delta bajo del Orinoco se deba a la continua hostilidad de los terribles caribes. Estos primeros pobladores de nuestro Delta Amacuro, en su zona baja, fueron conocidos como tigüitigües, guaraos y guaraúnos. El gentilicio "guaraúno" es el más usado por los documentos coloniales así como por los republicanos hasta la mitad del siglo XX. A partir de este tiempo se

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