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CAPITULO III EL HOMBRE POR NATURALEZA PIENSA PERTENECER A UNA SOLA SOCIEDAD Algo que le divide y aliena también profundamente, desde lo más hondo de su dignidad de hombre como veremos, es el encontrarse individuo en un solo mundo, en una sola existencia, pero dividido en dos sociedades como dos mundos que le hacen vivir una doble vida. Sí; el hombre, por naturaleza, está hecho para que sea miembro de una sola sociedad y de ninguna manera de dos o más, pues le cuartearía como en trozos, como en otras tantas dimensiones de distintas vidas, no encontrándose por entero en ninguna máxime si esas sociedades estuvieran planteadas en unas formulaciones antagónicas. Esto que nos parece tan evidente cuando nos lo formulan especulativamente sobre el papel, no lo percibimos tan claro cuando lo vemos planteado en la realidad, y de verdad que nos debería chocar esta verdad más en su vivencia que en su formu– lación. En efecto, bajando a lo concreto; la realidad es que al hombre se lo disputan dos sociedades, código en la mano cada una, que lo alienan, lo dividen, le crean traumas, y lo que es peor, una doble vida (esquizofrenia social, le llamaríamos), porque en la práctica tienen programas diferentes, y hace que se sienta doble como encarnado en dos yoes: uno para vivirlo en una -58-

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