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CAPITULO V LA ACTUAL PARROQUIA URBANA NO ES NI RURAL NI URBANA La parroquia actual de la gran ciudad, no convence nada; no está estructurada, ni tiene una visión clara de un camino a recorrer. Es una parroquia que quiere ser como rural (sin serlo), y como urbana (en el sentido más avanzado de la palabra también sin Ilegar a serlo). Se queda en algo híbrido e indefinido. Dice Pin sobre los que frecuentan esas parroquias: «todos los que tienen responsabilidades e intereses más importantes manifiestan desdén por tales actividades sin importancia». Y cita a continuación a Michoneau: «se ha sacado a esos individuos de su ambiente natural para meterlos en ese ambiente ficticio, insípido y lánguido que llamamos «el ambiente parroquial»; se les ha dado un cariz «eclesiástico», es decir, vagamente burgués -en que los mismos burgueses apenas se sienten cómodos, si tienen cierta «clase», por sentirse culturalmente superiores-, ni los obreros se sienten en absoluto en su ambiente natural, por lo que, si se «desclasan» se hacen ineficaces; en este ambiente sólo se encuentran a gusto las «personas de obras», entregadas y serviciales, aun cuando su lenguaje inutiliza en bastante medida su buena voluntad; pero realmente ineptas para la conquista y sobre todo para la penetración del proletariado pagano, que es aquí el objeto de nuestra principal preocupación» (29). (29) CARRIER, PIN, o. c., p. 302. Nota 5. -121-