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por qué de la conversión de católicos a sectas protestantes, cuando dicen: «en realidad bastantes han sido seducidos por el espíritu de comunidad, .aun de amistad, que han encontrado en miembros de las sectas (...) Esta pobre gente no ha encontrado quizá en su ambiente de cristianidad ese clima de simpatía. !Qué necesario es que los recién llegados sean acogidos con cordialidad en nuestras comunidades!. Que cada una de nuestras parroquias forme verdaderamente una sociedad fraternal» (24). Esto mismo hemos podido comprobar tanto en España como en el extranjero, cuando hablando con protestantes nos hemos encontrado con católicos convertidos a esas sectas buscando la comunidad y hermandad que echaban en falta en nuestras gran– des concentraciones litúrgicas: «aquí nos saludamos todos, nos conocemos todos, . todos nos llamamos por nuestros nombres», nos lo han dicho; «las iglesias católicas son como unos super– mercados, en los que se entra y se sale sin que nadie se conozca ni salude», es otra de las frases muy repetida por ellos. Es una prueba más de que en nuestra masa de cristianos no hay comunidad verdadera sino masa, y urgen acabar con •ella si queremos hacer una iglesia más auténtica, Como lo venimos diciendo a través de este estudio, no vemos otra solución que las Comunidades Cristianas de Base; por las que abogamos, en este punto que nos toca tratar, que sean pluriformes y variadas. Dice Francisco Contreras comen– tando esto mismo: «mientras son muy diversos los grupos que en la sociedad vinculan a los individuos, la Iglesia ha de · rees– tructurarse a sí misma de forma viva y válida para los hombres (24) Carta pastoral de los Obispos Suizos «Ante la propaganda de las sectas» del 14 de julio de 1959, reproducida en la Documentatión Catholique, 57 (l.º de mayo de 1960), 563-568. -115-